¿Y si los partidos políticos integrasen sus propuestas electorales sobre ciencia?
Por Borja Sánchez, Secretario General de la AEAC.
Venga, no perdamos las “buenas” costumbres; la ciencia ha sido olvidada nuevamente en los principales bloques de los dos debates electorales. Anteayer pasó en RTVE y ayer en Atresmedia (he tenido la esperanza, hasta el último minuto, de poder cambiar la redacción de estas primeras frases). Para hacer honor a la verdad, sí que ha habido alguna mención fugaz a la ciencia en el debate de ayer. El primero de Ana Pastor, quien dirigiéndose a los candidatos en el primer tercio del debate mencionó que la “gente de ciencia” (entre otros colectivos) podría estar interesada en que expusieran sus propuestas al respecto de la crisis demográfica y la sostenibilidad del sistema de la seguridad social. Los siguientes comentarios fueron de Pedro Sánchez, quien sugirió la necesidad de una política de ciencia para lograr que nuestra economía fuera más competitiva, y quien también citó la reciente aprobación del Estatuto del Personal Investigador en Formación mediante la tan criticada vía del Real Decreto-ley. También hizo una breve alusión a la ciencia Pablo Iglesias, recordando que sería deseable abordar las reformas fiscales que permitiesen llegar a una inversión en I+D+i del 2% del PIB (supongo que se refería a la I+D, aunque ya saben que esto es poco factible en 4 años). Anecdóticamente, Pablo Casado mencionó a Pedro Duque y a su sociedad instrumental.
Esto no refleja el contenido de los programas electorales de los principales partidos políticos, los cuales contienen muchísimas propuestas sobre ciencia y tecnología. Estamos resignados a que estos temas nunca sean prioridad en los debates electorales, pero sabemos que son clave para nuestro futuro como país, así que les propongo lo siguiente: imaginémonos cómo estaría la ciencia en España en 2023, o sea dentro de una legislatura, si todas las propuestas electorales sobre ciencia y tecnología, sobre investigación e innovación, fueran consensuadas por los diferentes partidos (y se cumplieran claro). Siguiendo la segmentación propuesta por la plataforma Newtral, imaginemos por un momento que los principales partidos políticos consensuasen cuál debiera ser la estrategia a seguir en estos temas: 1) investigación, 2) retorno y atracción de talento, 3) creación de startups (ampliando este concepto a spin-offs y empresas de base tecnológica), 4) inversión en investigación e innovación y 5) desarrollo tecnológico.
Este ejercicio da como resultado una especie de metapropuesta electoral, es decir una propuesta que surgiría como unión de las propuestas individuales de cada partido. El resultado de concatenar las propuestas individuales de cada partido en torno a las 5 temáticas mencionadas anteriormente son unos 19 folios de contenido que, en un escenario idealizado, serían de obligado cumplimiento gobernase quién gobernase (puede descargárselos haciendo clic aquí). Estos 19 folios, analizados de forma pormenorizada, arrojan datos interesantes sobre cómo podría ser nuestro sistema de ciencia y tecnología dentro de 4 años. Todo esto, claro está, asumiendo que se formase un gobierno estable y que se cumpliese lo que ponen los programas. Yo he confeccionado una especie de decálogo tratando de reflejar la mayor parte posible de esos 19 folios; vamos allá.
En 2023 en España…
1. … tendríamos un Pacto de Estado por la Ciencia y la Innovación, pacto que se viene persiguiendo desde 2004. Este Pacto blindaría por ejemplo una estructura ministerial que integrase a todo el sistema de conocimiento e innovación.
2. … se desplegarían medidas para bajar la edad media de la comunidad científica española, así como para fomentar la movilidad de investigadores entre academia e industria. Investigación y empresas se conectarían a imagen y semejanza de los Fraunhofer alemanes.
3. … la burocracia sería drásticamente menor en la gestión de proyectos y también en la administración gracias a la digitalización creciente. Se contaría con un calendario estable de convocatorias. ¡Por fin los investigadores tendríamos más tiempo para investigar!
4. … se impulsaría aún más el fomento de la divulgación cultura científicas en nuestra sociedad, haciendo hincapié en la lucha contra las pseudociencias y pseudoterapias. La Fundación Española para la Ciencia (FECYT) sería el nexo entre la ciencia, la tecnología la innovación y la sociedad. Se garantizaría que la ciencia pública fuese accesible a todo el mundo de forma gratuita. Se fomentaría la educación en materias STEM.
5. … España contaría con una Agencia Estatal de Investigación (AEI) con contrato de gestión propio y con un nivel de recursos adecuados. La AEI por su lado y el Centro de Desarrollo Tecnológico e Industrial (CDTI) por el suyo, serían referentes en materia de financiación de ciencia e innovación, respectivamente. En cuanto al fomento de la Innovación, se crearían estructuras que integrarían parques científicos y tecnológicos, centros tecnológicos y polígonos industriales. Se desplegaría un ambicioso plan de creación de infraestructuras científico-tecnológicas para el período 2019-2030, como por ejemplo el Centro Nacional de Robótica Aplicada (CNRA).
6. … se aumentaría la dotación presupuestaria de los programas de formación y contratación de doctores existentes, tanto para la academia como para la industria. Contaríamos con incentivos fiscales para atraer y retener investigadores altamente cualificados. De forma muy notable, contaríamos con un nuevo Estatuto del Personal Investigador que regularía la carrera científica y, agárrense, España contaría con 20000 investigadores más en 2023 revirtiendo casi una década de recortes en recursos humanos destinados a ciencia y tecnología.
7. … se aprobaría una Ley de Startups como marco de referencia jurídico que incentivaría la creación de estas empresas, apoyadas a través de la creación de una red de incubadoras y aceleradoras público-privadas. Se facilitaría fiscalmente la entrada de capital privado en las startups, incluyendo una Ley de Mecenazgo. Para agilizar la creación de estas empresas, una startup podría crearse en tan solo 24 horas y desde el móvil. Se desarrollarían planes específicos para el acceso de las empresas ya existentes a la tecnología, así como un Banco de Inversión para la Transición Tecnológica y Económica (BITTE) que asumiría las principales inversiones para la transformación productiva. También se incentivarían fiscalmente a aquellas empresas que incorporasen tecnología habilitadora de la Industria 4.0.
8. … la inversión en investigación e innovación subiría hasta el 2% del PIB, a razón de incrementos anuales de 350 millones por parte del Estado (en partidas no financieras) y complementado con inversión privada. El objetivo a conseguir sería alcanzar el 3% de inversión con respecto al PIB en sucesivas legislaturas. Este porcentaje del 3% también se aplicaría a la compra pública innovadora respecto al total de compra pública.
9. … se desplegarían estrategias nacionales de Inteligencia Artificial, de Supercomputación, de Big Data (incluido uno específico para la sanidad), de Ciberseguridad, de Tecnologías de Contabilidades Distribuidas en general o de Blockchain en particular, del Internet de las Cosas… Se regularían temas como la obsolescencia programada (eso de que a usted “se le muere” el móvil a los 2 años…). Se aumentaría la seguridad de cualquier producto o dispositivo conectado a internet en el contexto de una red móvil 5G convenientemente desplegada en el territorio nacional. Se empoderaría y reforzarían las aptitudes digitales de la ciudadanía.
10. … contaríamos con la regulación específica que permitiese eliminar el techo de cristal para las mujeres científicas, con iniciativas como la puesta en marcha de un Plan Estratégico de Vocaciones Científicas y Tecnológicas o la creación del sello “Mujer y ciencia” para certificar los centros con probada trayectoria en la igualdad de oportunidades. Se promovería el acceso de la sociedad en general, y de las personas mayores en particular, a las Tecnologías de la Información y la Comunicación.
A la vista de esta información no me digan que no dan ganas de que los partidos políticos unan e integren sus propuestas electorales en materia de ciencia y tecnología. Qué más da que no salga en los debates, que lo pacten antes ya que está claro que todos reman, aunque con matices, en la misma dirección. Y ya, si se comprometiesen a cumplir lo pactado, el sistema de investigación e innovación español sería irreconocible en el medio plazo, y no solo para beneficio de la comunidad científica, sino para todas las personas que habitamos este país.