Una mañana en el Congreso de los Diputados
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Por Fernando Herranz, Vocal de la AEAC
El pasado 28 de febrero la AEAC asistió, junto a otros movimientos como Cienciamiento y la Federación de Jóvenes Investigadores-Precarios, a la celebración del pleno en el Congreso de los Diputados. Ese día se votaba la aprobación de las medidas recogidas en el Real Decreto-ley 3/2019, de medidas urgentes en el ámbito de la Ciencia, la Tecnología, la Innovación y la Universidad. Para alguien ajeno al ámbito del Congreso no deja de ser toda una experiencia asistir a este tipo de debates, además, en esta ocasión con un final feliz, ya que el RD se ha aprobado por unanimidad.
Este RD es un parche, algo que reconoce todo el mundo. La Ciencia necesita de pactos a largo plazo, de visión de futuro más allá de situaciones coyunturales. Sin embargo, ¡¡ menudo parche !! El RD viene a paliar muchos de los problemas que afectan a nuestros centros de investigación. Estos problemas vienen impidiendo un desarrollo normal del trabajo en los centros de investigación desde el 2012. Hay que recordar, por ejemplo, que aquel año un organismo de la talla del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, se asomó al abismo de su desaparición fruto de los recortes en las partidas económicas dedicadas a la I+D. La importancia de este RD llevo a la AEAC a organizar una campaña en Change.org para “animar” a los partidos a que debatieran y votaran el RD antes del fin de la legislatura. [1]
Entre las series de medidas contenidas en el RD dos destacan especialmente [2]:
Una por su alcance inmediato. La eliminación de la intervención previa en los organismos públicos de investigación (OPIs) que no son agencias estatales. Este mecanismo, del que se han hecho eco la mayor parte de los medios de comunicación[3], exigía a los investigadores una autorización de un interventor de Hacienda para realizar compras. No es de recibo que un laboratorio destinado, por ejemplo, a la investigación en cáncer tuviera que esperar meses una autorización que le permitiese comprar reactivos necesarios en sus proyectos de investigación; una situación totalmente kafkiana que lleva años produciéndose en muchos de los laboratorios de nuestro país.
La segunda, por sus efectos a medio y largo plazo. La que afecta a investigadores en situaciones de maternidad, paternidad e incapacidad temporal, para que no se vean discriminados en la selección y evaluación de su actividad científica. Esta ha sido una medida muy reclamada para mejorar la igualdad de oportunidades, por ejemplo, en el caso de la maternidad, por nuestra compañera María de la Fuente [4].
Además, este RD trae otras medidas que, aunque menos conocidas, no son sin embargo menos importantes. Por ejemplo, se contemplan mecanismos para agilizar la contratación de personal laboral en los OPIs, o se posibilita la autorización de créditos que permitan facilitar, a estos organismos (y a otros agentes de la financiación la I+D), disponer de fondos para el pago de gastos justificados a líneas de financiación Europeas como los fondos FEDER. También es notable la presencia de medidas dirigidas a la refinanciación de la deuda de los parques científico-tecnológicos para que éstos puedan seguir realizando su actividad como centros clave en el encuentro entre academia/industria.
De forma muy notable y, desde nuestro punto de vista, con potenciales efectos muy positivos, este RD reformula el artículo 34 de la Ley de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación (14/2011), y posibilita la suscripción de convenios entre diferentes agentes de la I+D tanto públicos como privados, tanto nacionales como extranjeros, y que atañe por ejemplo a la “creación o financiación de centros, institutos, consorcios o unidades de investigación, e infraestructuras científicas”. Esta disposición, desplegada de forma adecuada, podría potenciar el impacto de la investigación y la innovación en nuestro país a través de la colaboración y de las claras sinergias existentes por ejemplo entre las universidades y las difefentes OPIs.
Desde la creación del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades el pasado año, muchas eran también las voces que exigían un cambio de rumbo inmediato en el sistema de financiación de la I+D. Una inmediatez que, lamentablemente, choca contra el tempo de la ley, pero que no impide que las primeras medidas ya están aquí en forma de RD. Pero tampoco cabe duda que esto es un golpe de timón, un soplo de aire fresco y sobre todo un hecho cualitativo que, al menos a nosotros, nos hace ser optimista con respecto a las posibilidades que la ciencia, la tecnología y la innovación en un futuro cercano.
Como comentábamos al principio, resulta gratificante ver a todos los partidos políticos dejar a parte sus querellas diarias (aunque sea por 20 minutos) y ponerse de acuerdo en algo así. Esa felicidad se notaba en la foto de grupo de todos aquellos que, en la medida de sus posibilidades, han hecho posible esta aprobación. Esperemos que sea la norma a partir de ahora y que sean capaces de trabajar juntos para llegar a un gran acuerdo duradero. Este RD demuestra que es posible incluso en circunstancias políticas muy complejas. Para finalizar, nos quedamos con la frase de una de las portavoces que intervinieron: a la sociedad en su conjunto, ha llegado el momento de organizarse, de reclamar el papel de la ciencia en nuestra sociedad.
La ciencia no se improvisa, los resultados científicos no se consiguen en 4 años, pero es una apuesta que es garantía de futuro para todo el país.
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