Diario de un Consejero de Ciencia.
Semana 23.

Por Borja Sánchez.

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Buenas tardes,

Sí, leen bien, buenas tardes; hago una excepción de no publicar esta entrada a última hora… porque como sabrán hoy vienen los reyes magos, así que ahora que el nene ya es consciente de su significado, y contando con que le queden 5 o a lo sumo 6 años de inocencia, no quiero perderme ni un minuto de lo que vaya a pasar hoy tras su llegada a Blimea. Escribo esto escuchando a Adriana Lastra en el debate de investidura de Pedro Sánchez; en 45 minutos se realizará la primera votación que se espera lejos de la mayoría absoluta necesaria. Ayer y hoy se ha escuchado mucha bronca en el Congreso, intervenciones continuamente interrumpidas por voces, insultos… me parece a mí que mucho tiempo tendrá que pasar para que se rebaje tanta tensión y se logre un tono constructivo en los debates parlamentarios. Para las personas que creemos en la capacidad transformadora de la política, ver esa actitud destructiva en una parte tan significativa de la cámara baja nos resulta triste. Espero sinceramente que con la más que probable investidura de Pedro Sánchez el próximo martes, y con la formación de Gobierno en España, pueda comenzar a trabajarse por el futuro. Espero también que se calmen los ánimos, de verdad, debates tan broncos sólo contribuyen a dividir y a polarizar, no a unir y a crear. Tal vez esta reflexión suene naïve, pero qué quieren, soy microbiólogo, y vengo de estudiar un micromundo en el que multiplicarse y dividirse significa lo mismo.

Biología: la única ciencia donde multiplicación y división significan la misma cosa. Qué se lo digan a nuestra microbiota intestinal.

Bueno, ¡tenemos presupuestos! Esa ley que, como dice nuestro Vicepresidente, es el instrumento ejecutivo por excelencia. Por eso quienes quieren atacar a un gobierno deciden rechazarlo: no hay “mejor forma” de arruinar un año completo de acción política que obligando a un gobierno a entrar en prórroga presupuestaria. Para la Consejería de Ciencia hubiera sido nefasto: seguiríamos si existir presupuestariamente, algo de lo que la gente se olvida continuamente. Algo parecido le ha pasado al Ministerio de Ciencia a nivel estatal. Pero aún peor es votar en contra de un presupuesto después de no haber presentado enmiendas a la totalidad y evitar absteniéndose que alguna de las presentadas salieran adelante.

La aprobación de la Ley de Presupuestos para 2020 ha sido, definitivamente, la lección de los 5 meses que llevo en política. Le decía a mi mujer que esto de los Presupuestos era igual que una película de suspense, y me decía ella que en estas películas nunca se vislumbra el desenlace hasta el final, y que suele ser inesperado. Esto fue lo que ocurrió el pasado lunes con la abstención de la Diputada Ana Coto, de Ciudadanos, haciendo caso omiso a las instrucciones recibidas un par de días antes por la Gestora que dirige los designios de su partido. Les aseguro que nadie en el Gobierno nos lo esperábamos. Total: el presupuesto se aprobó con 22 votos a favor (PSOE + IU), dos abstenciones (una diputada de Cs y un diputado de Foro) y 21 votos en contra (PP, Podemos, Vox, cuatro de los diputados de Ciudadanos y uno de los dos de Foro).

Resultado de la votación del Proyecto de Ley de Presupuestos 2020 para Asturias a los pocos segundos de producirse.

Está claro que Ciudadanos no aprende de la reciente estrategia que le ha llevado a uno de los mayores descalabros electorales conocidos. No seré agorero, pero ya saben lo que les espera en Asturias. Después de negociar durante semanas los presupuestos con nuestro grupo parlamentario, una simple llamada de la gestora nacional a la asociación autonómica asturiana, ordenando la votación en contra, sirvió para cambiar el sentido del voto y el tono del discurso con el que la portavoz nos habló el día 26 de diciembre en la Junta. ¿Esta gente se acuerda que no hace ni dos meses que han perdido 47 de 57 diputados básicamente con esa misma estrategia de no llegar a acuerdos, de no consensuar gobiernos ni consensuar presupuestos? Parece que no.

En este clima, hubo una persona que no consintió que le dijeran qué tenía que votar. Esta es probablemente una de las mayores lecciones que voy a llevarme de este peculiar recorrido por la cosa pública: que en un mundo donde no sepas bien de quién fiarte, aún exista gente que crea en el valor de dar la palabra. Nada hay peor en la vida y nada deteriora más el respeto que los demás tienen por nosotros que dar nuestra palabra y no cumplirla. Ana había participado activamente en las negociaciones sobre los presupuestos de ciencia, innovación y universidad. Sus opiniones y sugerencias fueron tenidas en cuenta, incorporadas. Su labor de “vigilancia política” hacia la acción del gobierno, tanto en sede parlamentaria como en las comisiones eran clave y enriquecedoras. Y era un placer debatir con ella por su profundo conocimiento de la ciencia en Asturias. Desde la Gestora de Cs, podrían haber decidido mucho antes su estrategia y no haberla puesto en semejante situación. Como ella misma afirmó: “para mí mi palabra es fundamental; he querido mantener la coherencia con lo que hemos hablado en mi grupo parlamentario durante este periodo de negociación. Ya que mi grupo ha cambiado su voto abiertamente en las últimas horas para algo tan importante como los Presupuestos, ya que es evidente que existe una falta de sintonía conmigo, una clara disensión, presento mi dimisión como diputada” No creo que haya mucho más que añadir.

En este escenario donde la estrategia prima sobre la acción de gobierno, y donde no sabes muy bien de quién fiarte, se agradece la presencia de figuras como las de Ana Coto. Es una lástima que el Parlamento Asturiano pierda a una profesional como ella; una profesional que encima ni cobraba por su escaño, ya que había renunciado a todo tipo de asignación económica para poder compatibilizar la vida parlamentaria con la académica (es Catedrática en la Universidad de Oviedo). Ana mantuvo su palabra, como me atrevo a decir hubiera hecho cualquier científic@ en su lugar. Con Ana tuve la suerte de estrenarme en la Junta en plena apertura de curso político, una primera interpelación urgente que acabó en una moción y en donde el interés general de la comunidad científica siempre estuvo por encima de cualquier otra diferencia. En las siguientes interpelaciones y preguntas de su grupo Parlamentario ya no estará ella, y previsiblemente se debatirá y hablará mucho menos de ciencia en la Junta. Respeto su decisión de dejar su escaño de diputada, esto es la ética de la responsabilidad, pero la Junta del Principado pierde a una científica para el debate. Por todo Ana, por tus aportaciones durante sus 6 meses de parlamentaria, por ser coherente a tu palabra y a las negociaciones, por haber dejado el listón muy alto en cuanto a valores y a ética de la responsabilidad, por todo ello gracias. Puedes volver con la cabeza bien alta a tu labor docente e investigadora, allá donde vayas la gente sabrá que eres una persona de fiar y a la que respetar por su coherencia.

En su El Político y el Científico, Max Weber hace todo un repaso de la ética de la responsabilidad (básicamente que nuestros actos tienen consecuencias que debemos asumir) y defiende que «Obrar razonablemente es adoptar, después de haberlo meditado, la decisión que ofrezca más probabilidades de conseguir el fin que se pretende«

Paso ahora a un par de cosas que han acontecido durante esta semana de “vacaciones”:

1. El lunes, en plena votación presupuestaria, una inusual situación anticiclónica provocó también una inusual serie de interferencias en la TDT y la radio de todos los concejos del litoral asturiano: https://www.lavozdeasturias.es/noticia/asturias/2019/12/30/senal-francesa-provoca-apagon-tdt-radio-litoralasturiano/00031577728242794373322.htm Las llamadas recibidas a lo largo del día, los mensajes por RRSS… se contaron por cientos. Esa misma tarde/noche sacamos una nota de prensa donde recogíamos la solicitud hecha al Ministerio de Economía, tan solo unas horas antes, pidiéndole una solución en la asignación de canales para evitar tales interferencias. Esto escapa totalmente a nuestras competencias, pero confiamos en que próximamente se pueda encontrar una solución para que no vuelva a darse una situación así.

2. Se ha publicado una actualización de Instalaciones Científico Técnicas Singulares  del ministerio de Ciencia http://www.ciencia.gob.es/stfls/MICINN/Investigacion/FICHEROS/Acuerdo_Mapa_ICTS_2017.pdf Y sí, Asturias no tiene ninguna… ¿habrá que intentar cambiarlo no? 🙂

¡Hasta la semana que viene!

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