Darwin viene al siglo XXI. Adaptación y evolución para un nuevo turismo tras la pandemia

Nuestros socios, Jesús Rey y Emilio Muñoz, reflexionan en este artículo sobre la necesidad de que el sector turístico en España cambie su modelo de negocio y se adapte a la nueva realidad tras la irrupción del coronavirus. El sector debe de ser capaz de analizar, de forma crítica, la actual situación y evolucionar para ser capaz de sobrevivir.

Por Jesús Rey y Emilio Muñoz. 

La pandemia de COVID-19 supone un gran desafío para todos los sectores de la economía. En España, como en otros países, particularmente para el turismo y todas las actividades e industrias relacionados con él.

A ello ha contribuido, por un lado, la enorme relevancia que este sector tiene para el conjunto de la economía del país. Y por otro, las fechas en que se ha producido la pandemia, próximas a la temporada vacacional estival.

Ante esta crisis, una práctica muy generalizada ha sido la apelación a las ayudas de las administraciones públicas. No pretendemos analizar aquí la respuesta de éstas; sobre su tipología, volumen, oportunidad y adecuación se ha escrito y se sigue escribiendo con prolijidad, desde voces más autorizadas y expertas en turismo que las nuestras.

Queremos por el contrario dedicar estas líneas a reflexionar sobre las acciones de cambio y adaptación, de evolución, llevadas a cabo por parte del sector turístico.

 

La evolución como marco teórico

“¿Qué hace la naturaleza cuando se topa con desafíos y oportunidades? Evoluciona. Y si le resulta posible, cambia y se adapta. Y cuanto mayor sea la presión, más rápidos y extensos serán los cambios que se produzcan.”

Así comienza un párrafo del capítulo introductorio del libro ‘Darwin viene a la ciudad. La evolución de las especies urbanas’ [1], cuyo título se parafrasea en este artículo. Su autor, el ecólogo evolutivo Menno Schilthuizen, se ha enfrentado al reto de mostrar la evolución en periodos cortos bajo la presión evolutiva intensa de las grandes urbes.

Las dimensiones y dinámicas de la pandemia de la COVID-19 reclaman un marco analítico de amplitud interdisciplinar, que en nuestra opinión puede ofrecer la obra más notable de una biología multidimensional y plurifacética como es la teoría de la evolución. Ha sido la obra de Charles Darwin, un gigante que bajo la perspectiva visionaria de la interdisciplinariedad se adelantó a los tiempos gracias a una época rica en el debate científico en el complejo entorno de la Inglaterra victoriana. Los últimos treinta años, con los impresionantes avances de las ciencias biomédicas y biológicas, permiten declarar que no es una teoría sino gran rama de los conocimientos científicos.

 

Anomalías (patologías) del turismo: diagnóstico desde la evolución

España es un destino turístico internacional de primer orden. Y a nadie se le oculta que desde su boom a finales de los años 50 y principios de los 60 del siglo XX, el modelo impulsado por el entonces ministro Manuel Fraga sigue vigente y teniendo una representación principal.

Un modelo de sol y playa, chiringuito y terraza, soportado por la industria del ladrillo especulativa y arropado por el clima de una gran parte del territorio peninsular e insular. Y aderezado con lo que ahora se denomina ‘ocio nocturno’, término empleado para referirse a un modelo muy concreto de ocio, como si la noche no se prestara a multitud de actividades de entretenimiento y disfrute de la más diversa índole. Pero sin excesivo miramiento por la explotación sostenible del territorio y los recursos naturales, con “un efecto depredador incalculable sobre nuestra naturaleza y sobre la sociedad, su cultura y sus comportamientos éticos[2] y con los problemas asociados de estacionalidad y precariedad en el empleo.

Pero sería injusto afirmar que el turismo español no ha evolucionado en los últimos años. Un indicio de eventuales movimientos evolutivos es el dato de ocupación en turismo rural en agosto de 2020 [3], que en este verano marcado por la pandemia indica una mayor orientación hacia otro tipo de espacios y actividades de ocio.

 

Un necesario ejercicio de autodiagnóstico y autocrítica

La COVID-19 ha supuesto una amenaza para el turismo en este verano de 2020. Y lo seguirá siendo en los meses sucesivos. Particularmente en aquellas zonas cuya temporada alta no se limita al período estival de julio y agosto, como las Islas Canarias.

Y aun estando inmersos en el corto plazo de la respuesta a la COVID-19, conviene prepararse para posibles emergencias futuras, ya sean provocadas por virus, bacterias u otros agentes patógenos, o por fenómenos naturales como los climáticos. No olvidemos que de estas últimas también hemos tenido algunos ejemplos recientes, como los incendios de colosales dimensiones que sufrió Australia [4] o sigue sufriendo la Amazonía [5], o los más cercanos episodios climáticos sufridos por las Islas Canarias [6] en febrero de este mismo año.

Aparte de la queja, la protesta y el recurso al amparo de los gobiernos y administraciones públicas, conviene preguntarse, desde todas las profesiones, desde todos los sectores sociales y económicos: ¿Nos hemos planteado cambiar y adaptarnos, evolucionar? ¿Qué estamos haciendo para intentarlo? Resulta difícil encontrar especies que, ante desafíos de este calado, se planten a esperar ayuda externa.

 

Cambio y adaptación del turismo tras la pandemia de COVID-19. Una perspectiva evolutiva

Porque la evolución, en contra del mantra que ha intentado imbuirnos la economía neoliberal extrema partiendo del error interpretativo de Herbert Spencer y la inadecuada adopción de von Hayek, no significa la supervivencia del más fuerte, sino del que mejor se adapta. No conduce a la desaparición de los más débiles, sino de los que no se adaptan. Quizás sea el momento de recuperar el valioso trabajo de la economía evolutiva [7].

La vertiente ecológica de la evolución que ha encontrado Menno Schilthuizen tiene su correlato en la economía ecológica, que tiene su representante más popular en Jeremy Rikfin [8], inspirador y promotor de una transformación radical del modelo económico y social sobre la base de un Green New Deal global.

Convendría, por tanto, una reflexión por parte de todos los actores implicados en el hecho turístico: desde la empresas y profesionales que viven de él hasta quienes lo disfrutamos, pasando por las administraciones competentes. Reflexión encaminada a iniciar un cambio y adaptación, en la medida en que la emergencia y el cortoplacismo impuestos por la pandemia nos lo permitan. A evolucionar ante estos desafíos, que suponen también oportunidades. Al igual que lo hace la naturaleza de la que, no nos olvidemos, los seres humanos formamos parte.

En una reciente entrevista [9], el economista y premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales 2020, Dani Rodrik, pronostica que en España los empleos de calidad vendrán no de las manufacturas, sino de los servicios. Y señala concretamente el turismo y las finanzas.

En el caso particular de la industria turística, anhelamos que sea capaz de innovar y ofrecer un turismo más creativo, diverso y sostenible, menos multitudinario e invasivo, más imaginativo y más interconectado con otros sectores como la cultura, incluso la ciencia.

Por otra parte, se requiere un cambio social, una evolución cultural, que afecta al turista como actor individual y a la percepción colectiva y la conducta social en relación con el hecho turístico.

 

Alternativas bajo nuevas visiones

Es posible que esta pandemia esté creando nuevos y diversos ecosistemas, que no son otra cosa que lo que llamamos nueva normalidad. Aunque deberíamos hablar más propiamente de nuevas normalidades, a las que el turismo deberá adaptarse controlando y (re)conduciendo su capacidad evolutiva para adaptarse a esas tensiones evolutivas que configuran esos nuevos ecosistemas ‒naturales, sociales, emocionales, económicos, políticos, etc.‒

Sanjay Sarma, vicepresidente de Open Learning en el Massachusetts Institute of Technology (MIT), considera que «no se trata tanto de reconstruir el mundo, sino de ir adaptándolo según avanza la crisis» [10]. En nuestra opinión, el desafío, y la respuesta, son más complejos, multidimensionales. Se trata de cambiar el entorno ‒el ser humano no es la única, pero sí la especie con mayor capacidad de transformar su entorno‒, pero también de evolucionar, cambiando y adaptándose a los retos que se nos plantean.

Se trata, en definitiva, de establecer una relación distinta con el planeta, con nuestro entorno natural y con nuestros semejantes. Una relación más colaborativa y adaptativa en términos evolutivos.

Autores:

Jesús Rey es investigador en el Departamento de Ciencia, Tecnología y Sociedad del IF-CSIC y socio fundacional y miembro de la Junta Directiva de la Asociación Española para el Avance de la Ciencia (AEAC).

Emilio Muñoz es investigador ad honorem en el Departamento de Ciencia, Tecnología y Sociedad del Instituto de Filosofía del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Es socio promotor de la Asociación Española para el Avance de la Ciencia (AEAC) y miembro de su Consejo Consultivo.

Bibliografía:

[1] Menno Schilthuizen. Darwin viene a la ciudad. La evolución de las especies urbanas. Madrid: Turner Publicaciones. 2019

[2] Emilio Muñoz, Jesús Rey y Víctor Ladero. Crisis versus seguridad y viceversa: Disonancias que desvela la pandemia. Blog de la Asociación Española para el Avance de la Ciencia (AEAC), 24 junio 2020. [https://aeac.science/crisis-versus-seguridad-y-viceversa/]

[3] Hugo Gutiérrez. Las pernoctaciones extrahoteleras caen a la mitad en julio pese a la reapertura de fronteras. El País, 31 agosto 2020. https://elpais.com/economia/2020-08-31/las-pernoctaciones-extrahoteleras-caen-a-la-mitad-en-julio-pese-a-la-reapertura-de-fronteras.html

[4] Manuel Peinado Lorca. Australia arde mientras sus dirigentes se aferran al carbón. The Conversation, 8 enero 2020. [https://theconversation.com/australia-arde-mientras-sus-dirigentes-se-aferran-al-carbon-129601]

[5] Fernando Valladares. Incendios en el Amazonas: la tragedia de lo que no se ve. The Conversation, 25 agosto 2019. [https://theconversation.com/incendios-en-el-amazonas-la-tragedia-de-lo-que-no-se-ve-122341]

[6] Emilio Muñoz y Jesús Rey. La resiliencia de la naturaleza ante los desmanes del consumismo. The Conversation, 27 febrero 2020.  [https://theconversation.com/la-resiliencia-de-la-naturaleza-ante-los-desmanes-del-consumismo-132550]

[7] Marco Antonio Moreno. ¿Qué es la Economía evolutiva? El Blog Salmón, 21 julio 2010.https://www.elblogsalmon.com/conceptos-de-economia/que-es-la-economia-evolutiva]

[8] Juan M. Zafra. Jeremy Rifkin: “Todas mis esperanzas están depositadas en la generación milenial”. Telos, 113. 21 abril 2020. [https://telos.fundaciontelefonica.com/portada-telos-113-jeremy-rifkin-todas-mis-esperanzas-estan-depositadas-en-la-generacion-milenial/]

[9] Luis Doncel. Dani Rodrik, premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales: “Esta crisis nos enseña que nuestras prioridades estaban equivocadas”. El País, sección Economía, 17 junio 2020. [https://elpais.com/economia/2020-06-16/esta-crisis-nos-ensena-que-nuestras-prioridades-estaban-equivocadas.html]

[10] Borja Hermoso. Reportaje: El futuro ya está aquí: entre el miedo y la esperanza. El País Semanal, 31 mayo 2020. [https://elpais.com/elpais/2020/05/25/eps/1590423684_627980.html]

Créditos:

Una versión de este artículo se ha publicado en The Conversation.

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