Diario de un Consejero de Ciencia.
Semana 38.

Por Borja Sánchez.

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Buenas noches,

Las pandemias sacan lo mejor y, esporádicamente, lo peor de las personas. Estos días ha estado circulando un artículo que finalmente ha venido a añadir un poco de luz a tanto comentario, tanta opinión gratuita… y es que estamos rodeados de víctimas del efecto Dunning-Kruger, según el cual hay personas que no sugieren, no opinan, sino que imponen sus ideas como verdades absolutas dejando a los demás de inútiles. El artículo fue publicado en 1999 con el título de «Unskilled and unaware of it: how difficulties in recognizing one’s own incompetence lead to inflated self-assessments» Según los autores, estas personas suelen ser además de incompetentes y/o graduadas en la Universidad del Whatsapp, incapaces de reconocer su propia incompetencia y también de reconocer la competencia de los demás. Suelen pensar también que nos pasamos el día cruzados de brazos. Energéticamente no es rentable discutir ni tratar de consensuar algo con este tipo de personas dada la rigidez de su argumentación, así que no pierdan el tiempo con ellas, castíguenlas con el látigo de la ignorancia.

Poco a poco la ciencia va conociendo un poco más de este pequeño bichejo que se ha empeñado en amargarnos 2020, en una pandemia comparable a la pandemia de gripe de 1918. Este brote se ha expandido a cada país de los diferentes continentes, ha cambiado totalmente nuestra rutina y probablemente nos haga volver a otra normalidad, a otro mundo diferente. Esta semana hemos ido ya cerrando las coordinaciones de los proyectos que hemos acompañado desde que se decretase el estado de alarma. Todos se van a completar, unos llegarán a “mercado” y otros no, pero el conocimiento, el “saber cómo hacerlo” quedará para ser aplicado inmediatamente en caso de necesidad.

Por ello, gran parte del trabajo de la consejería está siendo ya reorientado al futuro a medio plazo, y como ha salido hoy en la TPA vamos a centrarnos en cuanto podamos en trabajar sobre una Ley de Ciencia para el Principado de Asturias, de tal forma que todo lo que hemos venido a establecer para y por la ciencia (calendario de convocatorias, priorización de recursos humanos y financieros…) se haga por ley. Y como comentaba en la pequeña entrevista que ha publicado hoy El Comercio, y con el conocimiento del procedimiento administrativo que me dan ya casi nueve meses en la Administración Regional: “tenemos que aprovechar esta crisis para revisitar y redefinir toda esta burocracia, que yo solo conocía en parte”. Así es, sólo conocía parte de la burocracia, la que me tocaba como científico. Con esto último me refiero a que cuando estamos dirigiendo proyectos sólo conocemos una parte de todo lo que implica llevar por ejemplo una convocatoria de proyectos hasta que estos son concedidos, y si la administración no entiende que la ciencia es algo peculiar no avanzaremos nunca. Tenemos que tratar de diseñar procedimientos transparentes, garantistas por supuesto, pero que sean ágiles, porque sin agilidad las cosas no salen; me parece que no queda otro remedio que hacerlo por ley. Y si de verdad creemos que la ciencia, la investigación, la innovación, la enseñanza superior y la actividad empresarial están interrelacionadas, no se trata sólo de invertir más fondos, se trata de hacerlo de forma ordenada, priorizando. Cada uno de los proyectos que se han desarrollado por iniciativas público-privadas durante el último mes, las más de cien empresas implicadas, el talento que ha mostrado liderazgo y que ha intentado buscar soluciones en vez de cruzarse de brazos, cada uno de ellos será un caso de estudio en el futuro.

Ya se empieza a hablar del desconfinamiento. No hay una fórmula predefinida y probablemente tampoco exista fórmula óptima, pero hay que buscar el compromiso entre que la inmunización de la población continúe y el desconfinamiento gradual. Cuándo… lo dirán los comités de expertos científicos designados a tal fin cuando logren consenso y será sobre todo liderado por la autoridad sanitaria (recuerden que seguimos en estado de alarma). Sí, porque el coronavirus ha venido para quedarse con nosotros bastante tiempo y mientras se desarrolle una vacuna hay que evitar como sea nuevos brotes que amenacen a nuestro sistema hospitalario con el colapso. Oriol Mitjà y Joel López, Médico y Bioinformático designados por el Govern Catalán para elaborar un plan de desconfinamiento hablan ya de un carnet inmunológico junto con controles sistemáticos en aquellos grupos de riesgo y de mayor probabilidad de propagar el virus. Por eso probablemente necesitaremos todo el arsenal de laboratorios con el que contamos en Asturias para hacer estos tests masivos, no por cualquier otra razón como las que he escuchado por ahí. También se habla del uso de aplicaciones móviles para hacer seguimiento anonimizado de los casos y de sus contactos, lo cual no está exento de polémica por el choque con la actual LOPD. Les planteo la siguiente situación: imaginen que un test serológico demuestra que han pasado la COVID19 y que tienen un título de anticuerpos razonable, es decir, que su inmunización es buena. ¿Aceptarían voluntariamente poder salir a la calle a cambio de que una aplicación les siguiera de forma anónima por GPS? Piénsenlo bien porque esto hace saltar todas las alarmas legales y éticas.

Bueno… y decía que vamos conociendo más del virus, del SARS-CoV-2. Esta semana he tenido algo de tiempo para leer artículos científicos (cómo lo echaba de menos; ¡¡por cierto le debo a mi SGT un artículo!!) y resulta que el virus, tras un período de tiempo en el que infecta la garganta y la nariz, causa la COVID19, es decir el síndrome respiratorio agudo severo al inducir una inflamación brutal en los alveolos pulmonares. Básicamente la inflamación ocurre ahí, en los pulmones, y es fruto de la respuesta masiva de macrófagos pro-inflamatorios y granulocitos (Neutrófilos, Eosinófilos, Basófilos y Mastocitos) que causan lo que se conoce como una «tormenta de citoquinas», sobre todo la interleuquina 1,  la interleuquina 6 y el factor de necrosis tumoral alfa, a los que solemos referirnos con las siglas IL1, IL6 y TNFa. Después de un montón de años estudiando los mecanismos de inflamación que ocurren en la enfermedad inflamatoria intestinal, he de decirles que lo que está ocurriendo en las personas que desarrollan la enfermedad (grupos de riesgo y otras personas con algún tipo de condicionante genético aún desconocido) es (salvando las distancias) similar: una respuesta inmune tan brutal que se lleva por delante los propios tejidos y que colapsa los alveolos. Esto es lo que pasa por ejemplo en la Enfermedad de Crohn, sólo que a nivel intestinal: el sistema inmune reacciona ante algo propio del organismo –aún no se sabe el qué, pero presumiblemente es algo de nuestra microbiota- y se lleva por delante el propio tracto digestivo en forma de ulceraciones. Volveré sobre esto la semana que viene porque acaban de aceptarme el último artículo científico de mi proyecto donde, justamente, he estado buscando péptidos anti-inflamatorios, pequeños fragmentos de proteínas que se generan por digestión de éstas. Y sí, los hay, lo que hemos demostrado es que existe una señalización anti-inflamatoria constante por parte de nuestra microbiota intestinal. Y en esto de tratar de recuperar alveolos pulmonares afectados es importante uno de los prototipos que el consorcio IDONIAL-HUCA-Arcelor-Thyssen ha presentado esta semana, un casco y una turbina para realizar un tratamiento de presión positiva en las vías respiratorias, útil para mantener abiertas estas últimas y ayudar a hacer el intercambio gaseoso. Todo fabricado con componentes estándar y piezas por impresión 3D.

Y por último una serie de noticias con el que las diferentes sociedades vamos mirando a la era post-confinamiento. La primera llega de Italia, que viene de crear un grupo de expertos con el fin de que idee un plan para la reconstrucción económica de Italia, liderado por Vittorio Colao, exconsejero delegado de Vodafone. En mi experiencia, combinar estos comités de expertos sin incluir a nadie que conozca la administración sólo lleva a propuestas que nunca podrán ser llevadas a cabo. Si aquí se hace algo parecido espero que esto se tenga en cuenta, por aquello de no perder el tiempo y no hacérselo perder a los demás. Una idea parecida es la sugerida por Jose María Álvarez-Pallete, presidente de Telefónica, pidiendo ideas a toda su plantilla en lo que él llama Día D+1, y esto sí me parece buena iniciativa, porque todas, absolutamente todas las personas de una institución deben de poder aportar ideas a la escala de valor, porque sí, el verdadero valor de una empresa, de una institución, de una región o de un país son las personas. Y la última noticia son unas declaraciones de Frans Timmermans, Vicepresidente Ejecutivo de la Comisión Europea quien nos recuerda que, para reconstruir Europa cuando dejemos atrás la pandemia, debemos aprovechar el Pacto Verde Europeo (el Green Deal). Recordemos que el propio Timmermans nombró a Asturias durante la presentación de una de las herramientas de este pacto, el mecanismo de transición justa.

Pues bien, tenemos la oportunidad de construir esa Asturias, esa España y esa Europa, potenciar las energías renovables, la economía circular, el envejecimiento saludable, la inteligencia artificial… toda esa tecnología que, de la mano de la ciencia, puede hacer de nuestro mundo un lugar mucho más sostenible y adecuado para vivir.

¡A por otra semana!

PD: recuerden, efecto Dunning-Kruger…

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