Diario de un Consejero de Ciencia.
Semana 102.
Buenas noches
Como no puede ser de otra forma, voy a comenzar con los cambios que ha anunciado el Presidente de España. Seré muy breve porque nuestro Presidente ya se ha manifestado, y coincido 100% con sus palabras. Darle las gracias a todos los ministros salientes, en especial al de Ciencia, a Pedro Duque, porque él ha representado el cambio desde los más crudos recortes en I+D+i apadrinados por el gobierno del Presidente Rajoy, hacia una fase de expansión donde la ciencia y el ecosistema científico cada vez son más importantes, y serán clave en nuestro futuro. Le deseo también a las ministras y ministros entrantes -sobre todo a la de ciencia- todo el acierto del mundo con sus decisiones, porque sus aciertos serán los nuestros y los de nuestro país.
Esta semana ha sido una semana muy bonita en Consejería. En primer lugar la Cátedra Innova -que les recuerdo es una cátedra que financiamos con la Universidad de Oviedo que tiene como objetivo monitorizar y territorializar el impacto que tienen nuestras políticas de I+D+i- ha hecho público su segundo informe, una propuesta para la evaluación de nuestra estrategia de especialización inteligente que pueden consultar y descargar en este enlace:
Este informe es importante porque nos presenta las fortalezas y debilidades de Asturias en el contexto nacional, y porque fija los indicadores en cinco grandes ámbitos con los que monitorizar si la Estrategia de Especialización Inteligente del Principado tiene o no efecto en la competitividad. El documento toma los 5 grandes ejes del Mapa de Estrategias de Asturias: Asturias ecológica, inclusiva, digital, industrial y saludable. Dentro de cada uno de estos ejes fijan indicadores que pueden obtenerse en todas las CCAA, con los que se crea un indicador sintético que permite compararnos.
¿Y dónde estamos? Asturias destaca de un modo sobresaliente en calidad medioambiental. El documento precisa que más que mejorar, “lo necesario es lograr mantenerse y proyectar una imagen de Asturias como región de elevada calidad de su entorno natural y capacidad para desarrollar un crecimiento plenamente sostenible”. En Asturias nos situamos por encima de la media nacional entre las regiones inclusivas, pero se detectan dificultades en oportunidades de empleo e inclusión laboral fruto del estancamiento económico tras años de declive y reconversión industrial. En el ámbito digital, la comunidad está en la media nacional, y como dice el informe “Hay margen de mejora en la medida en que se logre alcanzar una mejor conectividad, aspecto en el que se ha venido trabajando con intensidad en los últimos meses y que seguramente se refleje en una evolución positiva del indicador en los próximos años”, precisa el documento. · En industria, la comunidad se sitúa por debajo de la media, junto con las regiones del Noroeste peninsular, no porque la industria no sea importante en Asturias -recordemos que es uno de nuestros ámbitos de especialización- sino por el gran peso que tiene la industria metalúrgica y el poco que tienen otros ámbitos del sector secundario, como la industria manufacturera. Y en salud, destaca en los recursos que se allegan al sistema sanitario pero baja puestos si se mide el envejecimiento general de la región. Por eso es importante medir diferentes indicadores en cada ámbito, sólo así tendremos una idea de en qué tenemos que mejorar. ¿Y hacia dónde debemos dirigir nuestras políticas de innovación? A cuatro grandes bloques: (i) apoyar la diversificación del tejido industrial que, apoyándose en la innegable tradición industrial de Asturias, fomente el desarrollo de actividades próximas a aquellas en las que existe un fuerte crecimiento (como el sector metalúrgico, la agro-industria o la industria química); (ii) conseguir que dicho desarrollo sea verde, esto es, respetuoso con el medioambiente. El entorno natural, nuestros patrimonios y la biodiversidad, así como su conservación son elementos distintivos de nuestro desarrollo y esto permitirá proyectar hacia el exterior esta capacidad de desarrollo sostenible y calidad de vida medioambiental; (iii) frenar la pérdida de población y envejecimiento atrayendo talento a nuestra región, tanto al sector público como al privado; y (iv) apoyarse en un amplio desarrollo digital para hacer la región atractiva a potenciales inversiones y al teletrabajo.
Para mí, contar con un trabajo como el que se hace desde la Cátedra Innova es fundamental para tener indicadores que guíen nuestra política de innovación; y es que la innovación, en todas sus vertientes, ya venga de la investigación o de la demanda de las empresas, y sobre todo los equipos humanos que estén detrás de dichas iniciativas, son a mi modo de ver uno de los puntales de la Asturias del futuro.
Se habrán fijado que hoy me he permitido el lujo de extender el título más de lo normal. La explicación es muy sencilla, esa pregunta, ¿qué hay de lo nuestro? formulada por el director general de innovación, sintetiza muy bien el cambio que se ha producido en el sistema científico tecnológico asturiano desde que, allá por octubre de 2019, comenzamos a pergeñar las misiones científicas de Asturias. Escribía esto al respecto de la primera reunión, en el diario número 11:
“Es muy importante que configuremos, entre todos, iniciativas como las misiones científicas que vamos a lanzar en el Principado el año que viene (N. del A.: se convocaron en 2020 a pesar de la pandemia) definir perfectamente las misiones, los objetivos, la duración… Todos debemos participar, como hicimos el jueves pasado muchos de los actores principales en el ecosistema científico e innovador asturiano. Ahí estábamos casi todos, el Gobierno, la Universidad, el CSIC, Centros Tecnológicos, empresas… La reunión era una primera toma de contacto con la metodología, identificar organizaciones que tengan que estar en las siguientes reuniones (como las Cámaras de Comercio) y sobre todo ponernos de acuerdo. No será fácil pero hay que intentarlo, sólo se trata de querer ser constructivo y pensar en lo mejor para Asturias. De momento el experimento va bien, la interlocución con el Gobierno debe seguir y seguramente nos irá costando cada vez menos estar en este tipo de comités”
Y vaya si lo hemos conseguido, creo que si algo se ha logrado en Asturias en dos años, es que la agenda científica es cosa de todo el ecosistema, se trabaja entre todos, y se define entre todos. Es decir, hemos pasado del ¿qué hay de lo mío? al ¿qué hay de lo nuestro?. Por eso estoy muy orgulloso de lo que presentamos el jueves pasado, día en el que se pusieron en marcha las primeras Misiones Científicas de Asturias. Un programa en el que somos pioneros entre las comunidades autónomas, y que alinea a nuestro ecosistema científico-tecnológico con Europa. Para la persona advenediza las misiones científicas son proyectos que dan respuesta a retos que deben contribuir al avance científico y el bienestar de la sociedad. Después de un proceso participativo muy amplio, en Asturias decidimos concentrar los esfuerzos en proyectos relacionados con la longevidad y el envejecimiento saludable y la reducción de emisiones y gases de efecto invernadero. El jueves se reunieron por primera vez todos los consorcios que han sido beneficiarios de la convocatoria. En total seis grandes consorcios integrados por más de 90 socios. Lo más importante, es que ahí se reunieron la mayor representación del ecosistema científico y tecnológico de Asturias -no sé si por primera vez- pero desde luego fue una de las pocas ocasiones que hemos tenido de ver juntos, en un mismo espacio y con un mismo objetivo a algunas de las grandes empresas de la región, también pymes, startups y spin offs, grupos e investigadores de la Universidad de Oviedo, los centros del CSIC, la FINBA y el ISPA (es decir, la investigación biosanitaria), Serida, Cogersa, los centros tecnológicos –Idonial, Cetemas, CTIC y Asincar-, etc. pero también a organizaciones sociales: colegios profesionales, la federación de mayores de Asturias, consejos reguladores de denominación de origen de quesos y de sidra, la asociación de criadores de la raza asturiana de los valles, por citar algunos ejemplos.
Decía el presentador -David González, director de negocio de Idonial y a partir de ahora presentador oficial de reuniones científico tecnológicas- que esta experiencia de colaboración público-privada ya la habíamos vivido durante la pandemia, y son justamente estas alianzas que se han tejido de nuevo las que nos anima a pensar que este modus operandi de colaborar entre instituciones que ni se conocían, ha venido para quedarse. Porque sí, la cuantía de las misiones será modesta, pero las sinergias de las alianzas tienen un valor a futuro incalculable.
Otra parte muy importante de las misiones científicas es que la investigación y la innovación tienen resultados concretos y visibles para la sociedad. Y que el ciudadano de a pie sepa a dónde va a parar cada uno de los euros que, desde su bolsillo en forma de impuestos, van a parar en políticas de I+D+i, es muy importante. Entre las propuestas presentadas por los consorcios se incluyen actuaciones muy diversas apoyadas en la inteligencia artificial, la sensorización, impresión 3D, medicina y alimentación personalizada, desarrollo de nuevos materiales biodegradables, recuperación de materias primas esenciales o estudios sobre el hidrógeno.
En Asturias, queremos que estas misiones sean un paso firme en la colaboración público-privada. Este modelo de consorcios en los que todos los agentes trabajan y se coordinan para conseguir un objetivo común es el que puede convertir a Asturias en un verdadero polo de innovación de la mano del talento. Asturias puede ser un referente en temas como envejecimiento saludable y lucha contra el cambio climático. Son dos ámbitos donde Asturias puede y debe ser puntera, con propuestas novedosas, prácticas y útiles para la sociedad. Y antes he hablado de 6 consorcios, pero es que se presentaron 19, todos de una grandísima calidad, imagínense si tenemos o no potencial.
Para futuras convocatorias qué me gustaría: ampliar los ámbitos de actuación y alinearlos con nuestra estrategia de especialización inteligente, y también tener capacidad presupuestaria de financiar alguno, pero mientras tanto, nada quita que este trabajo que se ha realizado, que es buenísimo, abra opciones para que los proyectos escalen y consigan fondos nacionales y europeos.
Y me despido con el vídeo donde se explica el programa:
¡Hasta la semana que viene!

