Diario de un Consejero de Ciencia.
Semana 103.
Buenas noches,
Esta semana he estado en Madrid, en el Hospital 12 de Octubre, en la presentación del sello en homenaje a nuestra ilustre científica, Margarita Salas. Un acto sencillo moderado por la directora del hospital, con las intervenciones de su hija Lucía, de Jesús Ávila, de Juan Manuel Serrano, presidente de Correos y con la presencia de buenas amigas como Belén Yuste. Este tipo de homenajes, en el que una empresa con el poder de difusión que tiene Correos ayuda justamente a dar a conocer ejemplos como el de Margarita, debe servirnos para tener presente su legado, que siempre recuerdo con su frase de que “un país sin investigación es un país sin desarrollo”. El viaje me ha servido para tener por fin 4 horas y media de estudio, seguidas, sin interrupciones, así que he tenido tiempo a estudiar una serie de documentos cuya lectura recomiendo, a saber:
- European Green Deal, delivering on our targets .
- COUNCIL RECOMMENDATION on a Pact for Research and Innovation in Europe .
- SYSTEMIQ analysis for the Energy Transitions Commission. Mission Report.
- Community Innovation Survey.
- Guidance on Innovation Procurement.
También he leído un ensayo de Ángel de la Fuente sobre financiación autonómica interesantísimo, y que muestra lo importante que es tratar de diversificar nuestra economía regional para maximizar las transferencias que recibimos del estado, esas con las que mantenemos nuestros servicios públicos. Mucho de lo que voy a escribir ahora tiene que ver con esos documentos. Pero antes una breve reseña al inicia de la semana, en el HUCA, con una demostración de cómo se toman las medidas y se fabrica el corsé en impresión 3D para mejorar el tratamiento contra la escoliosis idiopática en adolescentes, uno de los varios pilotos del proyecto e-Health presentado a las Misiones Científicas de Asturias, y que demuestra el potencial de transferencia de conocimiento que tiene nuestro entorno sanitario. Dejo aquí un enlace al video:
El martes asistí al acto en el que los dueños de Arcelor, acompañados de los Presidentes del Gobierno de España y del Principado de Asturias, anunciaban la noticia de la inversión (1.000 millones de euros hasta 2025) con la que Arcelor pretende acometer la descarbonización de su proceso productivo en Asturias, de la mano de ese tránsito tecnológico hacia un hidrógeno verde rentable. Este hecho, que dentro de unos años veremos como un punto de inflexión en ese tránsito hacia una economía verde y digital de la mano de la innovación y del conocimiento, es el que le da el título a este diario. Voy a tratar de explicar por qué es importante y vamos a comenzar por retrotraernos unos años, a noviembre de 2018, cuando el IPCC (Panel Internacional sobre Cambio Climático) publica un informe en el que sostiene que la manera de controlar el cambio climático es mantener un incremento medio de la temperatura global de 1,5ºC sobre los niveles pre-industriales, y que esto requeriría alcanzar una economía descarbonizada que no emita, de forma neta, gases de efecto invernadero. Dos objetivos temporales para conseguir esto: 2050 para los países industrializados, y como mucho en 2060 para los países en vías de desarrollo.
En los meses sucesivos, mientras el Pacto Verde Europeo y la nueva estrategia industrial europea tomaban forma, la pandemia provocada por la COVID19 durante 2020 hizo que este objetivo de descarbonización tuviera que combinarse con una recuperación de las caídas en el PIB y el comercio internacional sin precedentes. ¿Cómo? a través de la transición digital, ecológica y de la diversificación en una expansión de la economía del conocimiento. Esto hizo obligatorio la aparición de un elemento adicional, el de unas administraciones públicas que actuasen como dinamizadores a fin de catalizar a través de sus inversiones y programas estas transiciones en el tejido productivo. Esto, que hoy conocemos bajo el nombre genérico de colaboración público-privada, necesita de programas como las Misiones Científicas, como la compra pública innovadora o la creación de centros de I+D de grandes empresas, que vienen a ser foros donde se puede colaborar y coinvertir de forma efectiva. Que esta colaboración deba articularse sobre la innovación y el conocimiento no lo digo yo, lo dice la economía global, en la que a los procesos productivos ya no sólo les vale con tener una estructura de costes adecuada, además, tienen que ser diferentes, y eso solo se hace de la mano de la materia gris y de equipos humanos cualificados para ello. Diversificación, Descarbonización, Digitalización y Dinamización vendrían a formar los cuatro ejes de una especie de abordaje 4D para caminar hacia una economía asturiana basada en el conocimiento. No le den muchas vueltas a esto último, se me acaba de ocurrir.
Como decía, Arcelor ha anunciado 1.000 millones de inversión en sus instalaciones asturianas para hacer frente a la descarbonización de sus procesos productivo. Leo muchos comentarios de gente que no acaba de poner la luz de carretera y que siguen yendo con las de posición. No lo duden, es una buena noticia a corto, medio y a largo plazo. Es más, leo en la prensa regional que los dueños de Arcelor visitaron sus centros de I+D asturianos ese mismo martes, después de acabada la agenda oficial. Por algo será, y no quiero pensar en el escenario en el que estos dos centros que Arcelor tiene en Avilés no hubieran estado. Voy a tratar de reflexionar un poco acerca de lo que significa este anuncio que, cuando lo veamos dentro de unos años, identificaremos como un punto de inflexión para nuestra comunidad autónoma. Vamos allá.
A todo el mundo le gusta hablar del hidrógeno verde, es la molécula de moda, pero lo cierto es que el hidrógeno es como el vino que tiene Asunción, no tiene color, es decir es incoloro. Incluso con la excepción de nuestra microbiota intestinal, es un gas extremadamente raro en el aire que respiramos (una parte por millón). De toda la gama de colores atribuidas al hidrógeno, el hidrógeno verde es aquel generado a través de la electrolisis del agua con energía eléctrica renovable, y hoy por hoy dista mucho de ser competitivo para ser incluido en la estructura de costes de una empresa. Esta es una muy buena noticia para científicos y tecnólogos, ya que la I+D y las tecnologías necesarias para producir este hidrógeno verde de forma rentable, y así descarbonizar completamente no sólo la metalurgia, sino todos los sectores industriales están por desarrollar, en toda su cadena de valor. Por tanto tenemos ante nosotros unos años donde estas tecnologías irán madurando y harán que moléculas como el hidrógeno verde sean producidas a costes competitivos. Asturias tendrá mucho que decir en estos desarrollos, y es de esperar que estas inversiones apalanquen, a su vez, nuevos desarrollos tecnológicos que conviertan Asturias en un polo de innovación y que nosotros ya estamos contemplando en la nueva estrategia de especialización inteligente (S3). Es más, mucha de esta ciencia aplicada permitirá desarrollar tecnología para otros sectores industriales, como el del plástico, el del cemento, para el transporte por carretera, aéreo, marítimo, para la agricultura… para todo ello se necesitan actividades innovadoras que permitan descarbonizar los procesos.
Mira que he leído definiciones de innovación, pero cada vez me gusta más su significado original, el del verbo latino innovare, compuesto por el prefijo in (dentro de) y novare (renovar), es decir, innovar es introducir algo novedoso. Pueden revisar el Manual de Oslo (la UNED tiene un resumen fantástico), ahí encontrarán innovación de producto y de servicio, incremental o disruptiva, y aquella que depende de actividades de I+D y que se diferencia de la que no depende. Esto igual les parece nuevo, pero así es, la innovación no tiene por qué basarse en actividades de I+D. Tener inversiones como la de Arcelor nos va a facilitar seguir localizando y desarrollando en Asturias centros de innovación, tal y como demanda Europa, en este tránsito hacia una economía basada en el conocimiento. Y en cuanto a la descarbonización, desarrollar en Asturias todo ese conocimiento científico tecnológico por generar, aplicarlo, y desplegar mucha innovación. Yo así a bote pronto identifico los siguientes sectores, de los que pongo algún ejemplo (hablo de aquellos necesarios para descarbonizar procesos productivos):
- Generación eléctrica: baterías más baratas y con mayor capacidad de almacenamiento en un volumen menor, bombas de calor más eficientes, hornos eléctricos para la industria del cemento y química, reducción electroquímica del hierro (DRI) en la producción de acero etc.
- Hidrógeno: electrólisis barata (leo por ahí que hace falta bajar el coste hasta unos 169 € por kW), producir células de hidrógeno más baratas, darle una mayor autonomía a los sistemas de transporte que monten sistemas de propulsión de hidrógeno, almacenar hidrógeno a gran escala usando estructuras geológicas, desarrollar nuevos motores y turbinas de hidrógeno/amoníaco para barcos etc.
- Bioquímica y química sintética: incrementar la eficiencia de la transformación de biomasa (lignocelulosa y algas) en energía, bajar los costes de producción de combustibles sintéticos y carbohidratos usando CO2 e hidrógeno, producir nuevos productos químicos (proteínas, carbohidratos) a partir de materias primas clásicas, bio, sintéticas (qué cosas, esto lo inventó la vida hace 4.000 millones de años, se llama fotosíntesis).
- Materiales más eficientes y economía circular: trazabilidad de materiales desde su recogida, separación y reciclado así como las tecnologías usadas para estos procesos. Nuevos modelos de negocio como el product as-a-service, el sharing…
- Nuevos materiales: fabricación de cemento y hormigón con baja huella de carbono, uso de biomateriales para construcción, fibras basadas en celulosa como sustitutas de los plásticos…
- Captura y uso de carbono: desarrollo de sistemas de captura de carbono más eficientes, notablemente en la industria del cemento, sistemas más baratos y eficientes para capturar CO2 del aire de forma directa para su uso en hormigón, en fibras de carbono, en nanomateriales…
- Agroalimentación: agricultura de precisión y digital, agricultura regenerativa, desarrollos de cadenas de suministro y frío más eficiente, proteínas alternativas como carne cultivada, producción a gran escala y sostenible de macroalgas…
Como ven mucha tarea por delante sólo para vislumbrar los avances y tecnologías necesarias. Pero es que la actividad innovadora no acaba ahí. Escojan cualquiera de las tecnologías de arriba. Si se quieren introducir en los procesos de descarbonización, ya sea en la parte de generación o de consumo de energía, deben atravesar tres fases para demostrar su validez:
- Fase de surgimiento: En primer lugar la tecnología debe llegar a mercado, escalar a nivel industrial y para ello es necesario crear una demanda que, de forma gradual, vaya siendo creciente para que los costes vayan bajando.
- Fase de difusión: ir disminuyendo los costes para acercarse a los de las tecnologías más contaminantes. A medida que esto ocurre debe crearse cuota de mercado para la opción tecnológica verde, así como invertir en las tecnologías para que sean más eficientes. Paralelamente deben monitorizarse las emisiones para corroborar su disminución.
- Fase de normalidad. Fomentar la competitividad de la opción tecnológica verde y convertirla en la opción tecnológica dominante.
Pues en todo esos desarrollos, innovaciones y recorrido que le queda a la tecnología, es esencial que Arcelor haya querido hacer las inversiones en Asturias. La inversión pública y privada en I+D es decisiva para alcanzar estos objetivos tecnológicos, ya que como decía anteriormente, muchas de estas tecnologías están poco maduras a día de hoy (piensen en la síntesis de carbohidratos a partir de CO2 capturado del aire) y otras todavía necesitan mucho desarrollo para ser competitivas (hidrógeno verde), para llegar a mercado y ser escaladas a nivel industrial. Por eso es tan importante y relevante el anuncio de esta inversión, porque queda muchísimo por hacer y desarrollar. Y eso sin contar un pequeño detalle más; hasta ahora he descrito una foto tecnológica fija, pero quién sabe y quién es capaz de predecir las disrupciones tecnológicas originadas en el lado de la I+D y que van a dar lugar a formas, mecanismos y productos mucho más eficientes para llevar a cabo la descarbonización, esas ideas que sólo surgen en entornos como los centros de I+D. La inversión público privada en I+D durante los próximos 20 años será clave para hacer realidad estas innovaciones disruptivas, a asegurar que esas tecnologías estarán listas y maduras para llegar a mercado y comenzar su escalado industrial para conseguir producir energía limpia a un coste accesible. Mucho de este escalado se hará a través de pilotos.
Todos estos procesos serían impensables sin personas que los impulsasen. Muchas de ellas anónimas aunque sepamos sus nombres. Las personas, en un ecosistema dinámico como el de la innovación, son las unidades responsables de los intercambios de información entre sus elementos. Por eso hemos anunciado dos convocatorias piloto esta semana; la primera un piloto de convocatoria de movilidad entre academia e industria (o viceversa) que hemos anunciado esta semana y que será gestionado por el Idepa. El objetivo es que el tejido productivo de un paso al frente a la hora de incorporar soluciones innovadoras a su modelo de negocio, y para ello puede escoger entre acoger a un investigador académico en su empresa, o trasladar temporalmente a un trabajador hacia un centro de I+D o hacia la Universidad. Tener este ecosistema interconectado permitirá realizar los procesos necesarios para transformar el conocimiento científico en realidades productivas mucho más rápido, pero también viceversa, el tejido productivo podrá resolver problemas reales o diversificar su actividad mucho más rápido de la mano de la innovación (la info de la convocatoria está aquí: http://ow.ly/4CZR30rNRgn). Asturias necesita más empresas innovadoras y más centros de I+D en el tejido productivo. Quédense con esto para el diario de la semana que viene.
También relevante la difusión de la I+D+i y el fomento de las disciplinas STEM por parte de nuestro tejido productivo, por eso hemos aprobado una convocatoria para apoyar esta faceta tan importante de la ciencia, dirigida en este caso a empresas, y que vendrá a complementar otra convocatoria similar pero dirigida al ámbito público y que será gestionada por FICYT. En este caso la info está aquí: https://cutt.ly/NmK1FnE
Nada más por esta semana; ha quedado un poco largo pero la ocasión lo merecía. La semana que viene hace 2 años que soy consejero, y será el momento de hacer balance de qué han significado.
¡Saludos!
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