Severo Ochoa. Premio Nobel de Fisiología y Medicina (1959)

Tertulia científica AEAC sobre uno de los científicos más importantes de la historia de España: El Premio Nobel D. Severo Ochoa.

Invitados y moderador

Invitados:
Prof. César Nombela Cano
Presidente. Fundación Carmen y Severo Ochoa
Catedrático emérito. Universidad Complutense de Madrid.
Ex-Rector de la UIMP. Ex-presidente del CSIC

Profa. María Jesús Santesmases Navarro de Palencia
Profesora de investigación
Instituto de Filosofía del CSIC

Prof. César de Haro Castella
Secretario General. Fundación Carmen y Severo Ochoa
Investigador Científico emérito del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (UAM-CSIC)

Moderador:
Prof. Emilio Muñoz Ruíz
Presidente del Consejo Asesor Científico. AEAC
Profesor emérito y Ex-presidente del CSIC

 

La AEAC agradece muy cordialmente la participación de todos ellos.

Biografía

Severo Ochoa de Albornoz (Luarca, Asturias, 24 de septiembre de 1905 – Madrid, 1 de noviembre de 1993). Bioquímico y biólogo molecular español, nacionalizado estadounidense.

Obtiene en 1959 el Premio Nobel de Fisiología y Medicina, que comparte con el bioquímico Arthur Kornberg, por sus descubrimientos sobre el mecanismo de la síntesis biológica del ácido ribonucleico (ARN) y del ácido desoxirribonucleico (ADN).

Inicia sus estudios en Málaga, ciudad a la que se traslada con su familia en 1912. Su interés por la biología se debe en gran parte a la lectura de las publicaciones del gran neurólogo español Santiago Ramón y Cajal. En Madrid cursa estudios de Medicina y se licencia en 1929 por la Universidad Complutense de Madrid, doctorándose poco después, aunque nunca llega a ejercer como médico. Durante su estancia en Madrid vive en la Residencia de Estudiantes, en la que ingresa en 1927, y convive con grandes intelectuales y artistas de la época, como Federico García Lorca y Salvador Dalí.

Es profesor ayudante de Juan Negrín en la Universidad Complutense de Madrid y obtiene varias becas para ampliar sus estudios en las universidades de Glasgow, Berlín y Londres; también en Heidelberg, en el Instituto Kaiser Wilhelm para la Investigación Médica. Durante este periodo trabaja en la bioquímica y la fisiología del músculo bajo la dirección del profesor Otto Meyerhof, cuya influencia es decisiva en su futura carrera científica.

En 1931, ya de vuelta en Madrid, es nombrado profesor ayudante de Fisiología y Bioquímica de la Facultad de Medicina de Madrid, cargo que ocupa hasta 1935. En 1932 realiza los primeros estudios importantes sobre enzimología en el Instituto Nacional para la Investigación Médica de Londres, y en 1935 es invitado por el profesor Carlos Jiménez Díaz a asumir la Dirección del Departamento de Fisiología del Instituto de Investigaciones Médicas de la Ciudad Universitaria de Madrid.

En 1936  llega de nuevo a Alemania y en ese mismo año es designado asistente de investigación invitado en el Laboratorio de Meyerhof de Heidelberg, donde estudia las enzimas de ciertos pasos de la glucólisis y de las fermentaciones. En 1937 se traslada a Plymouth y allí investiga en el Laboratorio de Biología Marina. Desde 1938 hasta 1941 se dedica al estudio de la función biológica de la tiamina (vitamina B1) y de otros aspectos enzimáticos del metabolismo oxidativo, en el Laboratorio de Rudolph Peters de la Universidad de Oxford.

Emigra a los Estados Unidos en 1941 y empieza a trabajar en el Departamento de Farmacología de la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington, en Saint Louis, donde realiza interesantes estudios enzimológicos con los investigadores Carl Cori y Gerty Cori. En 1942 pasa a trabajar en la Universidad de Nueva York como investigador asociado en la Facultad de Medicina. Es profesor asistente de Bioquímica en 1945, profesor y director del Departamento de Farmacología de dicha facultad desde 1946 hasta 1954, y profesor de Bioquímica y jefe del Departamento de Bioquímica desde 1954 hasta su jubilación.

Sus experimentos sobre farmacología y bioquímica, especialmente en el campo de las enzimas, le valen la Medalla Bewberg en 1951. Investiga el metabolismo de los hidratos de carbono y de los ácidos grasos, y descubre una nueva enzima que aclara el mecanismo de oxidación del ácido pirúvico (ciclo de Krebs); estudia también el papel del complejo vitamínico B en estos ciclos y el proceso de fijación de CO2 por parte de las plantas verdes. Sus principales investigaciones se centran en los fosfatos de alta energía que participan en las reacciones bioquímicas.

Durante estos años, la bioquímica experimenta una revolución a nivel molecular. Así en 1953, J. Watson y F. Crick proponen un modelo en forma de doble hélice que explica la estructura molecular del ADN (ácido desoxirribonucleico) y en 1955 Severo Ochoa descubre y aisla una enzima de una célula bacteriana de Escherichia coli, que él denomina polinucleótido-fosforilasa y que luego es conocida como ARN-polimerasa, cuya función catalítica es la síntesis de ARN (ácido ribonucleico), la molécula necesaria para la síntesis de proteínas. Con esa enzima, Ochoa consigue por vez primera la síntesis del ARN en el laboratorio, a partir de un sustrato adecuado de nucleótidos (sus componentes elementales).

Un año más tarde, el bioquímico norteamericano Arthur Kornberg, discípulo de Ochoa, demuestra que la síntesis de ADN también requiere otra enzima polimerasa, específica para esta cadena. Ambos comparten el Premio Nobel de Fisiología y Medicina de 1959 por sus descubrimientos. Estos extraordinarios hallazgos permiten posteriormente el desciframiento del código genético (que, según se comprueba, es universal para todos los seres vivos), y la confirmada capacidad reproductiva de los ácidos nucleicos hace que éstos sean ya considerados como las moléculas de la herencia biológica. Por ello, el científico Hermann Joseph Muller afirma que la vida se crea artificialmente en el laboratorio en 1955, en alusión al experimento de Ochoa.

En 1971 es nombrado director del Laboratorio de Biología Molecular de la Universidad Autónoma de Madrid y en 1985 se traslada definitivamente a España. En la década de los 80 dirige simultáneamente dos grupos de investigación sobre biosíntesis de proteínas, uno en el Instituto de Biología Molecular de Madrid y otro en el Roche Institute of Molecular Biology de Nueva Jersey. Aunque se jubila oficialmente en 1975, nunca abandona la investigación.

Desde su primera convocatoria en 1981, ejerce como presidente del jurado del Premio Príncipe de Asturias de Ciencias. A partir de 1986 se dedica principalmente a dar conferencias, a atender a los medios de comunicación y a tratar con los estudiantes del Centro de Biología Molecular de Madrid.

En 1993 presenta en Madrid su biografía titulada La emoción de descubrir y ese mismo año muere a la edad de 88 años.

 

Fuente: www.cervantes.es

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