El sentido social de la divulgación científica (Investigación y Ciencia): Evolución estratégica y el sector del Taxi
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Por Emilio Muñoz
Hoy os dejamos con un texto de Emilio Muñoz, socio promotor de la Asociación Española para el Avance de la Ciencia (AEAC), para el que ha contado con el apoyo de Armando Menéndez Viso y Jesús Rey, socios promotor y fundacional de la AEAC. En este texto, además de sus reflexiones sobre la importancia de la ciencia para el futuro de la democracia, nos hablará de varios acontecimientos independientes, pero cercanos en el tiempo (cosas de la serendipia), para ilustrarlo. La publicación de este artículo, el descubrimiento de un fósil extraordinario, la publicación del número de agosto de Investigación y Ciencia y una carrera en taxi por Madrid …
El sentido social de la divulgación científica (Investigación y Ciencia): Evolución estratégica y el sector del Taxi
Quienes me estén siguiendo –sean los que sean, son muy valiosos para mí – habrán comprobado que estoy seriamente preocupado por el futuro de la democracia. Afortunadamente me siento acompañado en esta línea de pensamiento por varios colegas sin duda muy cualificados: Dani Rodrik [1], B. Sousa de Santos [2], S. Lessenich [3].
Como no podría ser menos en cuanto modesto practicante de la filosofía de la ciencia, estoy invocando, en colaboración con diversos y variados colegas, que se debe explorar la posibilidad de que la ciencia sea un antídoto para ese futuro tóxico de la acción política participativa, al que están abocando la unión del populismo “modernizado “– convertidos sus practicantes en rebeldes privilegiados – y el neoliberalismo extremo [4 y 5]
Con este artículo asumo un nuevo esfuerzo de compromiso innovador para acudir a la divulgación científica como material electivo para continuar con esta propuesta y el discurso que la alimenta. Durante los doce últimos años, he recurrido a la revista Investigación y Ciencia, incluso a la revista madre Scientific American, como fuentes de los avances en las ciencias de la vida contemporáneas. La finalidad era desarrollar un programa de difusión con carácter divulgativo y analítico de filosofía de la biología. En dicho periodo más de medio centenar de números de ambas revistas y la plataforma de la web de la Asociación Española de Bioempresas (ASEBIO ) me han ayudado a publicar casi doscientos artículos refrendados como editoriales del Boletín mensual de la Asociación (Perspectivas del sector biotecnológico) y de una sección de comunicación que bauticé como Ojo crítico. Recientemente, ASEBIO ha cambiado su estrategia de comunicación con una importante trasformación de su web y en estos momentos no es posible encontrar este acervo de información y conocimientos, por lo que no puedo poner enlace a los mismos.
Investigación y Ciencia, número de agosto de 2019
La creación de la Asociación Española para el Avance de la Ciencia (AEAC), proceso que ha ocupado los dos últimos años, junto a los varios artículos generalistas que ha provocado en mi tal iniciativa han reducido mi consulta a la revista que hoy vuelve a impactar mi atención. Me refiero al número de agosto de 2019, encontrado a la vuelta de vacaciones. La portada del mismo se intitula “La gran explosión de la vida” con un subtítulo no menos emocionante puesto que ofrece “Nueva luz sobre el auge de la diversidad animal”.
Como es habitual en la revista, la portada es un trasunto del artículo de cabecera titulado “El auge de los animales” del que es autora Rachel A. Wood, cultivadora de lo interdisciplinar en el ámbito de la de las ciencias de la naturaleza puesto que se acredita como paleontóloga y geóloga de la Universidad de Edimburgo y que disfruta de un notable registro como investigadora en los orígenes y la paleoecología de los arrecifes y de la evolución química del agua marina.
Estas capacidades le permiten desarrollar un relato científico (págs. 18-25) en el que se propone y matiza una interpretación científica con resultados contrastados (verdad científica) sobre el origen de los animales complejos con esqueleto mineralizado. Tiene su base en recientes descubrimientos en Siberia, Namibia y otros lugares, los cuáles revisan y enriquecen ideas anteriores que han gozado de gran predicamento. Frente a la idea generalizada de que fue durante la explosión cámbrica cuando surgen tales animales, vamos conociendo gracias al lecho marino que fueron apareciendo criaturas de complejidad creciente decenas de millones de años antes de dicha explosión. Hoy en día los resultados de las investigaciones sobre los nuevos yacimientos demuestran que tales animales surgieron durante el Edicario, el último periodo del Precámbrico.
Evolución estratégica
El cambio de paradigma alcanza también a la estrategia investigadora que no descansa únicamente en los fósiles sino en la identificación de marcadores biológicos, como es el caso de una forma particular de esterano, identificado en una zona de rocas de Omán que tiene al menos 650 millones de años de antigüedad. Este dato no está exento de debate como señala el artículo de Investigación y Ciencia.
El consenso se sitúa en unos fósiles de Terranova (571 millones de años) tras la última superglaciación. Estos impresionantes avances tienen su sustento en un trascendental cambio de metodología que se ha enriquecido con la perspectiva interdisciplinar, como ya hemos apuntado anteriormente, dentro de un gran ámbito del conocimiento científico como es el de las Ciencias de la Tierra o la Geología, proyectando la mirada escrutadora sobre océanos y mares. Bajo esta visión se han combinado pruebas fósiles – la visión tradicional – con las pruebas geoquímicas – reconocimiento del valor primordial del ambiente como gran factor de la presión evolutiva – con referencia al oxígeno y al significado de los análisis isotópicos entre otros factores. En mi opinión lo más importante, que se expone con mucho cuidado en el texto de Investigación y Ciencia (página 22, infograma) es lo siguiente: “Los investigadores creen ahora que los mares se fueron oxigenando progresivamente, no en un único episodio lento gradual sino en una serie de ellos”. Encuentro en esta frase que tiene un peso notable en el histórico debate sobre si la evolución es gradual o a saltos (equilibrio puntuado). Recomiendo la lectura de la obra seminal de Stephen Jay Gould (2002) que con el título “The Structure of Evolutionary Theory” constituye más que un pilar, una catedral construida, con 1400 páginas que modela el conocimiento sobre esta gran teoría – advierto que requiere mucha reflexión y tiempo su lectura, es decir nada que ver con los tuits y la inmediatez que ahora prima. Animado por mi pasión por la evolución y la hibridación me atrevo a proponer un concepto, el de “evolución estratégica”, que defino como “el resultado de la hibridación entre gradualismo y la influencia de entornos con fuerte presión ambiental“. Es una modesta contribución en este combate de gigantes a cuya sombra de grandeza me he acogido.
El sector del Taxi
Además de esta primera conclusión, para tratar de probar la tesis de la importancia social de la ciencia a través de la divulgación científica, y en concreto de un número de la revista Investigación y Ciencia, he encontrado un dato, un resultado casi increíble, y que una vez más debo a la serendipia que ha acompañado mi carrera científica. Soy asiduo usuario del servicio del taxi. Amigos y colaboradores conocen mi obsesión a señalar el taxi como un elemento importante para abundar en la sociología de nuestro país; me he atrevido a hablar de la “sociología pedestre del taxi” y me han animado a escribir sobre ello. Ahora voy a dar un paso en esta petición por la significación del descubrimiento en el retorno de vacaciones. Siendo habitual usuario de ese servicio, este uso se ha incrementado – ha alcanzado mi máximo – a partir de mi jubilación en 2007.
En ese momento mantuve mi continuación en la vida activa de la investigación por medio de la condición de emérito (“ad honorem” en el CSIC). Decidí dejar de conducir en Madrid y para sobrevivir profesionalmente en un periodo de mayor y más diversa actividad tanto temática como institucionalmente, he tenido que apoyarme en el transporte público: autobús, metro y más esporádica y selectivamente el taxi. En estos doce últimos años, habré recurrido a un total aproximado de dos mil servicios, no de mucha extensión pero si de uniformidad en el punto de partida y en los trayectos. Estos patrones uniformes de conducta: embarque en la zona de Moncloa y destino a dos organismos públicos de investigación, Centro de Ciencias Humanas y Sociales del CSIC (CCHS) y CIEMAT, han facilitado los encuentros con los profesionales del taxi, el diálogo y hasta la convergencia sorprendente en intereses por la energía, la preocupación ambiental o incluso la atención por ciertos aspectos sociopolíticos y de la ciencia. Por ello he podido comprobar la positiva evolución socio demográfico y cultural de este sector [Nota del autor].
Pero el dato sorprendente para una carrera científica de 60 años tuvo lugar el 27 de agosto de 2019. Al subir al taxi en la salida del intercambiador de Moncloa para realizar el recorrido más largo e inusual que es llegar al CCHS (casi 10 kilómetros) encontré que en la rejilla trasera del asiento delantero derecho aparecía la portada del número de Investigación y Ciencia que he glosado. A partir de ahí se estableció una relación fluida con un diálogo rico y claro que nos permitió abordar varios temas : la ciencia, sus valores y problemas; la variedad social del sector del taxi que refleja la sociedad española, con el reconocimiento de la importancia de la crisis global económica y sociopolítica como factor de presión ambiental para que en la actualidad el sector presente una configuración que es reflejo de la sociedad; la preocupación por el capitalismo neoliberal y sus consecuencias. Tal convergencia me animó al llegar al destino a pedirle a mi interlocutor su nombre y correo electrónico. Su nombre es Antonio y desde mi correo particular le envié un mensaje con el enlace a la AEAC ya que estimé que sus objetivos pueden ser convergentes con los intereses de un ciudadano de sus características, un magnifico servidor público, para que profundizara en sus conocimientos e intereses científicos y le invité a que se asociara. Estimo que debe ser prioridad y motivo de especial orgullo para la AEAC contar con asociados de este perfil.
Al día siguiente recibí un cálido mensaje del siguiente tenor: “…, le agradezco su invitación, espero sacarle el partido que sin duda merece“. Este magnífico resultado de un experimento social que viene circulando sobre mis reflexiones desde la crisis que se inició en 2007-2008 me reafirma en la validez de las preocupaciones que me asaltan sobre los valores democráticos y en las propuestas que planteo para al menos modularlas.
En este sentido se movió mi contribución en la reunión con colectivos científicos a la que convocó el Presidente en funciones y Secretario General del PSOE, Pedro Sánchez el 26 de agosto – de la que Jesus Rey se ha hecho eco en esta web –. Disponíamos de tiempo limitado, 2 minutos, como era lógico y me propuse ser sintético pero intenso; en condiciones de poco tiempo que hay que compartir, procuro aguzar mi predisposición a la síntesis. Dije algo así como: “En estos momentos (populismo y neoliberalismo extremo) siento mucha preocupación por la democracia. Solo cuentan los intereses y las emociones, se han perdido los valores. Creo que la ciencia siempre que se actúe autocríticamente (lo subrayé) es un factor decisivo para reequilibrar (al menos intentarlo) intereses y valores. Esto debe incorporarse al discurso político “.
Coda: No me resisto a dejar constancia de la banalidad del lenguaje político; nótese que no uso la palabra discurso, ni siquiera relato. Un partido político con notable representación parlamentaria ha justificado su inacción en agosto a través de los medios con la frase: “lo que pasa en agosto no existe”. De lo que ha pasado en agosto habla este texto de casi 2000 palabras. Animo además a los lectores a que miren a su alrededor y reflexionen sobre lo que ha pasado en agosto de 2019, además de las vacaciones para quienes han podido y querido disfrutarlas. Y de lo que viene tras lo que ha pasado en ese mes en el mundo.
[1] https://www.elconfidencial.com/economia/2018-12-01/dani-rodrik-entrevista-globalizacion-trilema_1674846/
[2] https://elpais.com/elpais/2019/08/13/opinion/1565694765_771728.html
[3] https://elpais.com/elpais/2019/08/22/opinion/1566488497_974295.html
[4] https://aeac.science/the-conversation-ciencia-y-democracia/
[5] https://www.fundacionsistema.com/categoria/ciencia-en-sociedad/
[Nota del autor] Por ello en el reciente conflicto entre el Taxi y las empresas de VTC (Vehículos de Transporte con conductor), he tomado partido por el primer agente. Tres razones al menos: ser público, poseer mayor diversidad cultural y de intereses, y estar más regulado y con ello ofrecer mayores niveles de seguridad a los viajeros.
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