Diario de un Consejero de Ciencia.
Semana 24.

Por Borja Sánchez.

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¡Buenas noches!

¿Han sido buen@s? ¿Les han traído muchas cosas los reyes? De mí decirles que han debido enterarse que soy Consejero, porque entre los regalos se cuentan alguna camisa y alguna corbata. Estos reyes… lo saben todo de uno caray.

Entre los reyes y la rentrée de los nenes en el cole, esta ha sido una semana corta en Consejería, sólo dos días. Eso sí, las vacaciones son relativas, porque cuando alguien accede a un puesto de consejero es para estar disponible 24h/7 días. Una semana en la que por fin tenemos Gobierno en España, que tanta falta nos hacía a las Comunidades Autónomas. Unas personas siguen, otras entran, se crean o dividen ministerios… y ya sé que muchas personas están debatiendo sobre la conveniencia o no de haber dividido ciencia e innovación de universidades. Escribir este diario los domingos permite ofrecer una opinión reposada al respecto. A mí me parece que las cosas hay que dejarlas funcionar, rodar, y que el tiempo y la gestión decidan si la división fue una decisión acertada o no.

Lo que no se puede obviar es que las principales sociedades científicas y la CRUE están en contra, y la postura es coherente puesto que llevan muchos años reclamando que ciencia y universidades estén juntos en el mismo Ministerio. Y no por capricho, sino por estar en línea con las directrices de la Comisión Europea en cuanto a la gestión del llamado triángulo del conocimiento (investigación, innovación y educación). Pero insisto, yo dejaría tiempo para ver cómo funciona, no hay que dramatizar ni argüir ciertos razonamientos que leo y que no son del todo ciertos. Leía por ejemplo que, según algunos expertos, dividir ciencia de universidades iba a ser perjudicial a la hora de repartir recursos durante la negociación presupuestaria. Bien, no tiene por qué. En primer lugar el presupuesto de las Universidades lo asumimos las Comunidades Autónomas, y en segundo lugar ¿por qué no puede ser al revés?, ¿por qué esa división no puede redundar en más recursos? 

Respecto a la elección de Manuel Castells como Ministro de Universidades, los que me conocen saben que estoy muy cerca de sus tesis en lo que respecta a cuál debe ser el papel de la Universidad en nuestra sociedad y economía. La Universidad debe ser clave, de hecho la clave, como lugar de encuentro de investigación, innovación y formación, sobre todo para abordar la formación permanente y el acceso a todos esos nuevos empleos y oportunidades que nos oferta el futuro. La Universidad no puede ser una isla, y dentro de su autonomía (recordemos que es un Derecho Constitucional) no puede estar ni de espaldas a la empresa ni a la sociedad, ¡ni mucho menos al Gobierno! Para ello, soy plenamente consciente que se deberían habilitar los mecanismos administrativos para que la gestión universitaria fuera mucho más ágil y eficaz para desplegar los recursos públicos que se ponen a su disposición –que son muchos-, y también para responder rápidamente a los cambios en la realidad socioeconómica de su entorno -por ejemplo reorganizando su catálogo de titulaciones en plazos temporales razonables. Con el nuevo Ministerio de Universidad tenemos más cerca la Ley de Universidades que espero permita una serie de cambios necesarios para que todo esto ocurra, empezando porque los equipos rectorales tengan mucha más autonomía para desplegar su estrategia, y que esta autonomía no esté reñida con la rendición de cuentas, porque esto redundará en mejores convenios y condiciones de financiación. Lo dicho, el tiempo dirá si esta división ha sido acertada o no; vamos a ver cómo funciona.

No quería avanzar mucho más en esta entrada sin recordar a María Luisa Carcedo, quien no estará en el nuevo ejecutivo. Accedió al Ministerio de Sanidad en septiembre de 2018 después de ser Alta Comisionada para la Pobreza Infantil, sustituyendo a Carmen Montón. Si a los ministros hay que juzgarles por su gestión, no se puede negar que el trabajo que deja tras de si María Luisa es absolutamente fantástico, de una solvencia ejemplar.  Después de 16 meses como Ministra de Sanidad (9 de los cuales estuvo en funciones), su trabajo ha sido clave para lanzar un pan de lucha contra las pseudociencias y las pseudoterapias (junto con el Ministro de Ciencia, Pedro Duque), así como para la implantación de la inmunoterapia CART, una terapia avanzada para el tratamiento del cáncer en el que se reprograman las propias células inmunes para atacar de una forma mucho más feroz a las células cancerígenas.  Un legado para sentirse muy orgullosa.

Respecto a la semana en Consejería, comienza lo bueno. 2020 es un año de transición hacia 2021 en el sentido de que tenemos que acabar de reordenar y regular quién es quién en el sistema de ciencia y tecnología asturiano, así como acabar de establecer el sistema de gobernanza de la ciencia y establecer nuevos convenios con los nuevos centros de innovación empresariales que vayan surgiendo. ¿Con qué contamos en Asturias para establecer un sistema de gobernanza eficaz? Además de la Consejería con sus dos Direcciones Generales y su Secretaría General Técnica (donde por fin se van a empezar a incorporar efectivos…) que desempeñarán labores ejecutivas y de control, tenemos la Fundación para el Fomento en Asturias de la Investigación Científica Aplicada y la Tecnología (FICYT), un operador neutro de telecomunicaciones (GITPA) y próximamente regularemos la adscripción de IDEPA innovación, que hará las veces de Agencia de Innovación Regional. FICYT e IDEPA Innovación serán responsables de gestionar tanto los calendarios como las convocatorias de investigación e innovación. Por un lado FICYT gestionará todas las convocatorias de investigación en régimen de subvención, tratando de apoyar la investigación y la formación y reincorporación de recursos humanos, y tratar de acercar las instituciones públicas hacia las empresas. Por otro, IDEPA Innovación gestionará todas las convocatorias dirigidas a empresas, con el objetivo de acercar éstas hacia las instituciones públicas. Si somos capaces de gestionar bien la interfaz entre ambas, y tenemos equipos buenísimos a ambos lados, el éxito está garantizado. Del lado estratégico, documentos como el Plan de Ciencia, Tecnología e Innovación y la Estrategia de Especialización Inteligente (RIS3) encuadrarán nuestras actuaciones. Por último, GITPA será clave en la elaboración del mapa de la investigación e innovación asturiana, así como en el del mapa del talento asturiano que hemos exportado por el mundo. Estos datos, convenientemente territorializados, serán el núcleo de un observatorio permanente que nos permita cuantificar, entre otras cosas, el impacto de nuestras políticas de investigación e innovación en las diferentes zonas de Asturias. 

Con estos mimbres, y con todo el ecosistema de instituciones ejecutoras de la I+D+i como la Universidad, Centros públicos y privados de investigación e innovación, Centros Tecnológicos, FINBA, Serida, empresas innovadoras… tenemos capacidad de sobra para desplegar y absorber eficientemente ese ansiado 2% del PIB en I+D+i. Del lado público aspiramos de pasar del 0,37% actual en 2018 (0,43% en el lado privado) al 0,8% en 2023, que espero sirva de tracción para que el sector privado aporte el 1,2% restante, lo que representaría un mix público/privado de 40/60. Podríamos ir a ratios mucho más polarizados como los que se observan en Navarra o País Vasco (30/70 por ejemplo), pero no me parece que sea algo realista para abordar en los 3 años y medio que quedan de legislatura.

Aquí les acabo de esbozar parte de mi estrategia, en la que 2020 representa un año de transición hacia la reordenación de gobernanza de la ciencia en Asturias. Y además, tenemos presupuestos, ¿y ahora qué? ¿por dónde se empieza? Lo primero es establecer las prioridades de cada servicio dependiente de consejería, así como las de las entidades adscritas. Lo más urgente es publicar las bases reguladoras de todos los programas que queremos llevar adelante, para después sacar tanto los contratos como las convocatorias. Mucho del trabajo ya está hecho o planteado, pero algunas de las bases como las de las Misiones, el Programa de Atracción y Retención del Talento y los Pilotos 5G necesitan y requieren trabajo adicional. Además hay convenios que renovar, nuevos convenios a redactar (el primero con FICYT), nominativas a las que hay que ponerles objetivos, relanzar un programa de compra pública innovadora etc.

Tanto las bases como los convenios requieren el visto bueno y los informes favorables de presupuestos e intervención, así que no hay un sólo día que perder. Durante el jueves y viernes hemos definido estas prioridades en diferentes reuniones, y ya tenemos el año planeado con la vista puesta en junio/julio, en el que comenzaremos a elaborar el anteproyecto de presupuestos para 2021. Fíjense, en menos de un año hemos creado una consejería, elaborado y aprobado unos presupuestos, no hemos comenzado a desplegarlos… y ya estamos pensando en comenzar a elaborar los siguientes. Luego la cosa se normalizará, así que 2021 será mucho más calmado en comparación con los anteriores. Y aunque el año que viene tengamos prórroga presupuestaria, la Consejería de Ciencia seguirá existiendo presupuestariamente. Este año, al menos para nosotros, hubiera sido un año perdido sin presupuestos.

Antes de acabar, les recomiendo que echen un vistazo al Calendario Científico Escolar de 2020, resultado de un proyecto de divulgación dirigido por el Dr. Pablo Toral, científico del Instituto de Ganadería de Montaña (CSIC-Universidad de León) y financiado por FECYT. Aunque el público objetivo de este calendario sea el alumnado de educación primaria y ESO, seguro que viéndolo descubrís muchas cosas y sobre todo muchas efemérides científico-tecnológicas. Tenéis más información aquí: https://aeac.science/calendario-cientifico-escolar-2020/ y si os lo queréis descargar directamente, podéis hacerlo directamente desde este link: http://www.igm.ule-csic.es/calendario-cientifico ¡Enhorabuena por el trabajo Pablo!

Nada más de momento. Seguiremos informando desde este privilegiado observatorio territorial que es una consejería.

¡Hasta la semana que viene!

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