«El año de la pandemia. Una crónica veraz y objetiva del año que vivimos peligrosamente» por Vicente Larraga

Vicente Larraga, Profesor de Investigación emérito del CIB y responsable de uno de los tres laboratorios del CSIC que está trabajando en el desarrollo de una vacuna frente al SARS-CoV-2 nos da su opinión sobre el libro recientemente publicado «El año de la pandemia, del estado de alarma al inicio de la vacunación» escrito por Salvador Illa, ex ministro de Sanidad.

Por Vicente Larraga

El libro de Salvador Illa, ministro de Sanidad, nombrado unos días antes del estallido de la pandemia del virus SARS-CoV-2 y responsable de la política gubernamental frente a la epidemia de Covid 19, de acuerdo al decreto de Estado de Alarma, resulta de notable interés. El ministerio de Sanidad, junto con el de Interior, eran, en la práctica, los responsables de un país, asustado por enfrentarse a un fenómeno desconocido en esta generación y con unos niveles elevadísimos de incertidumbre por no llamarle miedo. Esto, se hizo con una estructura descapitalizada, ya que la mayor parte de las funciones asistenciales de salud, estaban transferidas a las comunidades autónomas y había muy pocos funcionarios en el ministerio. Además, solo unos pocos tenían experiencia en epidemias de enfermedades infecciosas. Este hecho, era bastante común en casi todos los gobiernos europeos, incluso en EE.UU., lo que hizo que no se dispusiera de una doctrina establecida de comportamiento y hubiera que ir modificando las acciones sobre la marcha. Desde los primeros días, en los que se veía que aquella supuesta gripe procedente de un mercado de la ciudad china de Wuhan, era mucho más peligrosa de lo que parecía. Hubo que establecer limitaciones a las libertades democráticas y un sistema de asistencia sanitaria coordinado entre diecisiete actores diferentes.

La descripción es bastante ajustada a mis recuerdos de ese tiempo, donde hubo que montar un servicio de aprovisionamiento de material de protección, lo primero para los sanitarios que en los primeros días arriesgaron sus vidas sin los elementos necesarios y posteriormente de equipos urgentes para el tratamiento, como los respiradores, fármacos de mantenimiento vital que era todo lo que se podía hacer en esos días o antivirales para dar confianza, puesto que no se sabía exactamente si funcionaban para el nuevo virus. Lo mismo cabe decir de las mascarillas de protección individual y cuya fabricación casi se había abandonado en España por el predominio de la ideología del mercado global. Los chinos lo hacen más barato, ha sido durante años el mantra para abandonar la industria estratégica.

La descripción de Illa es pormenorizada y sin acritud contra nadie, probablemente debido a su talante personal. Agradece la colaboración de todos, tanto de sus funcionarios, como de los consejeros de sanidad de las diferentes CC.AA., sin distinción de ideologías que trabajaron incansablemente con dos y tres reuniones de coordinación diarias en la primera época, sin fines de semana libres y quedándose sin dormir durante bastantes noches. Hay que pensar en la situación que se vivió en las primeras semanas, con cifras crecientes de fallecidos y unas previsiones de 450.000 fallecidos si se hubiese dejado al virus transmitirse libremente. Describe también sus reuniones con sus colegas europeos, tratando de crear cuerpos de doctrina e intentando superar las tentaciones del sálvese quien pueda, lo que creó un mundo proceloso en las compras de material donde proliferaron los avispados o lisa y llanamente, los delincuentes. Incluso en los asuntos más espinosos, como fue el caso de los ancianos en las residencias de Madrid y de alguna otra comunidad, trata de no hacer juicios hirientes. Si es más crítico con la actitud de filibusterismo del Partido Popular en el Congreso de los Diputados, en las votaciones de las prórrogas del estado de alarma, pero siempre con mesura.

Resulta útil e interesante el contar con una información mesurada y objetiva de todo lo que sucedió en esos meses que terminaron en diciembre con las primeras vacunaciones. Un éxito de la ciencia y de la previsión, en este caso del comité de alertas del Estado de Massachusetts (EE.UU.) que se reunió en la tercera semana de enero de 2020 para poner en marcha, entre otras cosas, el desarrollo de una vacuna eficaz, poniendo fondos inmediatamente y que fue la base de la vacuna desarrollada por la compañía Moderna. Una de las dos vacunas que más utilidad han tenido en el mudo occidental para la eliminación de la pandemia.

Este tipo de información veraz y objetiva es lo mejor para luchar contra los bulos interesados y sectarios de ciertos tertulianos que hablan de todo o del uso indebido de las redes sociales, estableciendo doctrina sobre cualquier tema, en muchas ocasiones con un desconocimiento casi total del tema sobre el que pontifican o claman.

Autor

Vicente Larraga es Profesor de Investigación emérito del CSIC. Es uno de los investigadores que está trabajando en el desarrollo de una vacuna frente al SARS-CoV-2. Es socio promotor de la Asociación Española para el Avance de la Ciencia (AEAC) y miembro de su Consejo Consultivo.

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