Gobernanza en la salida de la Covid-19: Viejos valores en un nuevo odre social

Los autores continúan la serie de reflexiones sobre la salida de la actual etapa de confinamiento hacia una desescalada en el que proponen que, para que sea exitosa debe seguir una gobernanza apoyada en un consecuencialismo valorativo con el sustrato de los valores de responsabilidad, compromiso y lealtad.

Por Emilio Muñoz y Jesús Rey

Contexto actual

La pandemia generada por la Covid-19 está trastocando, en poco más de un trimestre, el mundo que el ciego orgullo occidental ha configurado en los últimos cuarenta años como fruto de la estratégica acción de los defensores del crecimiento inmoderado, basado en el consumismo impulsivo y desordenado, la hiperconectividad y la inmediatez, que ha conducido al abandono de la reflexión como principio guía, la adopción del concepto de posverdad [2] y la asunción de los hechos alternativos.

Todo ello ha dejado un caldo que ha fermentado la globalización que ya hemos criticado en un texto anterior, precisamente el que iniciaba el análisis de la salida de la emergencia sanitaria [3]. Nos adentramos ahora en el proceso de desconfinamiento o desescalada y hay principios que conviene traer al espacio público, porque la salida de este punto cero de la Covid-19 es de una complejidad tal que no basta con las órdenes directas apelando a la responsabilidad y el compromiso de los individuos, sino de conjuntos o colectivos (tribus los hemos llamado en el segundo trabajo de la serie) [4]. Este momento reclama recordar viejos valores que fermenten el mosto para que el nuevo caldo se guarde en el odre adecuado.

Al hilo de lo que hemos venido exponiendo desde la perspectiva de la ciencia y con el andamio del método científico, no puede sorprender que estemos preocupados por esta segunda fase de la pandemia. En la fase del confinamiento se ha conseguido un éxito notable a pesar de las dificultades iniciales: gobiernos sin experiencia previa en este tipo de situaciones y en muchos casos enfrentados a un entorno de fuerte polarización política, consecuencia del aumento del populismo a escala global; un cierto escepticismo inicial sobre el origen y gravedad del virus SARS-CoV-2; y en tercer lugar las dudas acerca de si la ciudadanía sería capaz de aceptar un confinamiento tan estricto. Ahora hay que salir de esta situación con gradualidad, muy poco a poco pero sin pausa, sin pasos atrás provocados por una reaparición del virus, para regresar a una normalidad que no será como la precedente. En este proceso nos intranquilizan algunos de los recelos a los que nos enfrentamos, particularmente la situación política y el conflicto entre la generosidad que nos acredita cuando ocurre una desgracia y el orgullo de lo propio con el resultante egoísmo tribal.

Nos gustaría proponer un ejercicio de aplicación de la ética en el espacio público como un desafío evolutivo sustentado en la gobernanza como principio de gestión pública, y apoyado en la responsabilidad y la lealtad.

Gobernanza

Es un principio de políticas públicas que en el ámbito europeo alcanza su punto álgido en el año 2001 con el Libro Blanco sobre la Gobernanza Europea [5], que surge para la gestión política en multinivel (naciones y regiones). Emilio Muñoz tuvo el encargo de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT) para desarrollar un proyecto de investigación en filosofía socio-política para su traslación al caso español con el foco puesto en el campo de la ciencia y la tecnología [6].

Uno de los primeros pasos del proyecto fue constatar, a pesar de la pulsión europea, la falta de claridad sobre el sentido y la aplicación del concepto de gobernanza en el debate político y mediático. Una investigación semántica nos permitió identificar que en el idioma español es un término al que se le atribuía casi generalmente el significado de “buen gobierno” sin más. En su edición de 2019, el diccionario de la lengua define gobernanza como “Arte o manera de gobernar que se propone como objetivo el logro de un desarrollo económico, social e institucional duradero, promoviendo un sano equilibrio entre el Estado, la sociedad civil y el mercado de la economía”. E incluye como acepción en desuso de gobernanza la de “acción y efecto de gobernar o gobernarse”, una definición que estaba recogida con anterioridad en el diccionario, que consideraba gobernanza como sinónimo de gobierno y gobernación. El Dictionnaire de l’Académie française no incluye esa acepción del término gouvernance [7], derivada de inglés, aunque ya puede verse utilizada en ese sentido incluso en documentos oficiales de la Unión Europea en francés [8]. Por su parte, en inglés hay cinco acepciones: acto o proceso de gobernar; traslado a persona (autoridad); situación (estar gobernando); manera de gobernar; sistema de gobernar. En esta 5ª acepción se encuentran las raíces probables de la importancia del concepto.

El análisis político y social determinó que el origen del término en su acepción actual se encuentra en la escuela norteamericana de la administración pública. Se centra en promover la analogía de la gestión en lo privado con la gestión en lo público, sobre la base de que la administración pública genera valor por la incidencia sobre los administrados como clientes y consumidores y por lo tanto reclama una gestión estratégica del gobierno y la colaboración entre lo público y lo privado.

La gobernanza es una ruta hacia la definición y valor de lo público con los siguientes objetivos: 1) legitimación por medio de la gestión política que requiere acción eficaz y ética; 2) creación de valor público que se lleva a cabo por medio del “gobierno estratégico”.

Se propuso entonces una definición propia ampliada, que se ofrece a continuación en nueva versión:

“Gobernanza es la puesta en práctica de formas de gobierno estratégicas para poner de relieve el valor de lo público a través de la relación entre sociedad, mercado y Estado y conseguir de este modo un desarrollo social y medioambiental sostenible”.

Éticas aplicadas

Para la legitimación ética de la gobernanza en la sociedad actual tras un largo proceso de reflexiones desde la crisis de 2010 hasta 2018 se llegó a unapropuesta híbrida: aplicar el Consecuencialismo valorativo, basado en valores que poseen valor, o sea son medibles, con taxonomía para establecer jerarquías y agrupaciones [9].

Planteamos que la salida de la Covid-19 por desescalada requiere una gobernanza apoyada en este consecuencialismo con el sustrato de los valores de responsabilidad/compromiso y lealtad para una gestión de colaboración.

Responsabilidad y lealtad

Responsabilidad, como valor o cualidad de responsable, es decir, de persona que pone cuidado y atención en lo que hace o decide. Pero también se refiere a la obligación de responder de algo o por alguien, a la capacidad para reconocer y aceptar las consecuencias de un hecho realizado libremente, o al cargo u obligación moral que resulta para alguien del posible yerro en cosa o asunto determinado. Creemos que, como se ha hecho en el caso de la pandemia, hay que apelar a la responsabilidad más que al compromiso, ya que este último supone una “obligación contraída”, una “palabra dada”. Y lo que se requiere de la ciudadanía en estos momentos no es que contraigan una obligación -aunque por otro lado tenemos, entre otras, la obligación ineludible de no perjudicar o dañar a los demás [10]-, sino más bien la responsabilidad de poner atención en el cumplimiento de las normas y procedimientos de que nos hemos dotado para salir del confinamiento y combatir la pandemia, de asumir la obligación moral que resulte del posible yerro en su cumplimiento, y de responder de nuestras acciones y reconocer y aceptar las consecuencias de nuestros actos.

Y obviamente mantenerlo durante la desescalada.

Lealtad se extiende más allá de un valor, se habla de una virtud [11]; de calidad de una persona (invoca por la tanto al individuo) que actúa sincera y honradamente, con respeto y reconocimiento de sus principios morales. Y asimismo de un sentimiento de devoción, fidelidad y apego que se puede aplicar a una persona u organización, pero también, y lo que es más importante en el caso que nos ocupa, a una causa común o un conjunto de objetivos, o incluso al conjunto de la sociedad en cuanto que actuación ética: responsable con todos los demás.

De lo que antecede cabe concluir que la actuación de la mayoría de la ciudadanía española ha sido responsable respecto al confinamiento. Ahora, sobre la base de este principio moral asumido y practicado, cabe pedir, para el ejercicio más rico y complejo de la desescalada, que se actúe con lealtad.

 

Autores:

Emilio Muñoz es investigador ad honorem en el Departamento de Ciencia, Tecnología y Sociedad del Instituto de Filosofía del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Es socio promotor de la Asociación Española para el Avance de la Ciencia (AEAC) y miembro de su Consejo Consultivo.

Jesús Rey es investigador del CSIC y socio fundacional y miembro de la Junta Directiva de la Asociación Española para el Avance de la Ciencia (AEAC)

Referencias:

[1] Odre: piel de algún animal, cosida, pegada y preparada para guardar o contener líquidos, especialmente vino o aceite.

[2] J. Ibáñez Fanés (Ed.) En la era de la posverdad. 14 ensayos. Barcelona: Calambur editorial. https://www.iberlibro.com/9788483594179/posverdad-14-ensayos-Iba%C3%B1ez-Fanes-848359417X/plp

[3] E. Muñoz y J. Rey. 2020. COVID-19 y su punto de salida: miasmas socioeconómicas y guía de antídotos. Blog de la Asociación Española para el Avance de la Ciencia (AEAC). https://aeac.science/covid-19-y-su-punto-de-salida/. También en The Conversation, https://theconversation.com/covid-19-guia-de-antidotos-eticos-para-sacar-al-planeta-de-la-uci-135847

[4] J. Rey y E. Muñoz. 2020. Puntos de salida de la Covid-19: tránsito desde el confinamiento responsable a una desescalada enfrentada al egoísmo y los intereses. Blog de la Asociación Española para el Avance de la Ciencia (AEAC). https://aeac.science/puntos-de-salida-de-la-covid-19/

[5] Comisión Europea. 2001. La gobernanza europea — un libro blanco. COM (2001) 428 final (2001/C 287/01). 25 de julio de 2001. https://eur-lex.europa.eu/legal-content/ES/TXT/PDF/?uri=CELEX:52001DC0428&from=ES

[6] E. Muñoz. 2005. Gobernanza, ciencia, tecnología y políticas trayectoria y evolución. Arbor, CLXXXI, nº 715 (septiembre-octubre), pp. 287-300. http://arbor.revistas.csic.es/index.php/arbor/article/view/413

[7] https://www.dictionnaire-academie.fr/article/A9G1127

[8] https://www.linguee.com/english-french/search?query=governance

[9] A. Menéndez Viso. 2002. Valores: ¿ser o tener?. Argumentos de Razón Técnica, nº 5, pp. 223-238. http://institucional.us.es/revistas/argumentos/5/art_8.pdf

[10] T. de la Quadra-Salcedo. 2020. Límite y restricción, no suspensión. El País, 8 abril 2020. https://elpais.com/elpais/2020/04/07/opinion/1586245220_558731.html

[11] J. Royce. 1908. The Philosophy of Loyalty (La filosofía de la lealtad). New York: Macmillan.

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