I+D+i: Deber de memoria

La excepcional situación causada por la pandemia reclama esfuerzos para recuperar el pulso social y económico, de tal modo que, esta vez sí, se lleven a la práctica las reflexiones de la ciudadanía que, durante el confinamiento, se ha dado cuenta de los gravísimos procesos -algunos de ellos, como el cambio climático, potencialmente irreversibles- que estaban afectando a la humanidad en su conjunto, con progresivas asimetrías sociales, intolerables brotes de supremacismo y xenofobia, propios de una gobernanza plutocrática (grupos G7, G8, G20) contraria al multilateralismo democrático y basada en una economía de especulación, deslocalización productiva y guerra.

El post-Covid 19 debe caracterizarse por una aplicación a escala mundial de las cinco prioridades de las Naciones Unidas: alimentación, agua potable, servicios de salud de calidad, cuidado del medio ambiente y educación para todos a lo largo de toda la vida. Y, especialmente, un nuevo concepto de seguridad en donde la humana predomine sobre la territorial. Pero hasta ahora las lecciones del pasado han sido rápidamente desalojadas de la memoria colectiva por “el gran dominio” (financiero, militar, energético, mediático) y “la nueva realidad” ha sido idéntica o peor que la “vieja realidad”.

En este sentido, la Asociación Española para el Avance de la Ciencia (AEAC), aplaude y secunda que el Gobierno haya aprobado y presentado un Plan de choque por la Ciencia y la Innovación que compromete 1.056 millones de euros de inversión directa, a los que hay que sumar otros 508 millones en préstamos en condiciones ventajosas a empresas innovadoras. La nota de prensa presentada por el Gobierno, bajo el membrete de los Ministerios de Ciencia e Innovación y de Universidades, señala que el plan se articula en torno a tres ejes: la investigación y la innovación en salud, la transformación del sistema de ciencia y la atracción de talento, y el impulso a la I+D+i empresarial y la industria de la ciencia. El comunicado destaca que el plan incluye medidas para fortalecer el sistema de investigación biosanitaria y de salud pública e incorpora instrumentos para impulsar la capacidad innovadora de las empresas, a la vez que realizará una reforma legal para reducir la precariedad e inestabilidad laboral del personal científico y destinará más fondos a las convocatorias de proyectos, a los contratos de personal investigador y al equipamiento e infraestructuras científicas.

Desde la AEAC, asociación ciudadana surgida entre otros motivos para reivindicar el cumplimiento del mandato del Artículo 44 de la Constitución Española por el cual los poderes públicos tienen la obligación de promover la ciencia y la investigación científica en beneficio del interés general, acogemos con satisfacción esta iniciativa, y nos mostramos esperanzados en que la denominada época poscovid traiga consigo un cambio en el modelo productivo y social español, en el que la ciencia, la innovación y el conocimiento estén indubitablemente incorporados en la estrategia de país por la que todos, instituciones y ciudadanía, apostemos a medio y corto plazo, con contundencia, sin improvisaciones, con decisión.

Es un plan de emergencia… que debe convertirse en un plan axial de la gobernanza a partir de ahora, con una economía basada en el conocimiento que permita la plena puesta en práctica de la Agenda 2030, de los Objetivos del Desarrollo Sostenible, “para transformar el mundo”…

No vamos a entrar en comparaciones sobre el volumen de los diferentes planes de choque para la recuperación de la economía destinados a sectores como la automoción, el turismo, etc., conscientes de la importancia actual que estos sectores tienen en la economía y el empleo. Pero si manifestar que la apuesta por un país que, en palabras del presidente del Gobierno, esté preparado para futuras emergencias sanitarias, que asegure salud y bienestar, competitividad y sostenibilidad, que cree empleos cualificados, nuevas industrias, una sociedad más justa y una economía más resistente, no puede seguir prescindiendo de la ciencia como elemento fundamental y estratégico, no puede permitir que permanezcan la penuria, la precariedad, la improvisación y la burocratización paralizante que lastra nuestras instituciones científicas.

 

Ahora, por fin, no sólo la economía sino también la política se basarán en el conocimiento. Y esto merece todo el apoyo de la comunidad científica y académica.

Federico Mayor Zaragoza – Presidente de la AEAC.

Fidel Rodríguez Batalla – Secretario General de la AEAC.

Emilio Muñoz – Presidente del Consejo Consultivo de la AEAC.

Alberto Morán – Junta Directiva de la AEAC.

Jesús Rey Rocha – Junta Directiva de la AEAC. CSIC

Victor Ladero – Ex- Secretario General de la AEAC. CSIC

Vicente Lárraga – Socio Promotor de la AEAC. CSIC

Ana Muñoz van den Eynde – Investigadora CIEMAT-CSIC y socia AEAC.

Margarita Hernández Laille – Miembro del Consejo Consultivo de la AEAC.

Santiago M. López – Director Instituto de Estudios de la Ciencia y la Tecnología. Universidad de Salamanca.

Jesús Avila – Investigador CSIC y Socio promotor AEAC.

 

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